Hasta la tarde de ayer, los operadores del sonar de barrido lateral y del robot Liropus que se controlan desde el buque oceanográfico vigués Ángeles Alvariño no habían localizado otros elementos de interés para la investigación del paradero de las niñas Olivia y Anna, así como de su padre, Tomás Gimeno. Según trascendió ayer, en la primera inspección realizada a la funda nórdica localizada en la jornada del lunes no se han detectado restos de sangre o biológicos de las menores. En cuanto a la botella de buceo, supuestamente estaba llena de aire. El hecho de que el sonar no detectara nada el martes y el miércoles se puede considerar una noticia favorable para la madre de las pequeñas. La madre de las menores, Beatriz Zimmermann, emitió ayer un mensaje de audio, en el que, en primer lugar, desmiente que esté derrumbada tras la localización los citados objetos. "Para mí todo esto ha sido un teatro montado", asegura.