A 29 prendas Greenpeace les ha colocado un dispositivo de geolocalización antes de depositarlas en un contenedor de reciclado textil. Cuatro meses después casi la mitad de esa ropa ha salido de España y uno de los rastreadores emite ahora mismo señal desde Chile. Es preocupante la cantidad de kilómetros que recorre la ropa si tenemos en cuenta que únicamente dos prendas de todas las rastreadas han entrado en el circuito ilegal. El resto siguen por los canales autorizados y la mayoría ha llegado a Asia aunque muchas veces tampoco es su destino final. Gran parte de esa ropa termina en Africa donde el 40 por ciento se convierte en residuos. De todas las prendas a las que se ha colocado un dispositivo solo una ha tenido un segundo uso tras ser vendida en una tienda de segunda mano en Rumanía. Aún asi desde Greenpeace recuerdan que los contenedores de ropa son el lugar donde debemos desecharlas pero insisten en la necesidad de actualizar la cadena de reciclaje y reducir el consumo. Cada año solo en España se genera casi un millón de toneladas de residuos textiles.