Cada año 20 millones de toneladas de plástico acaban contaminando nuestros océanos y tardan hasta 600 años en descomponerse. "Esos plásticos que caen sobre los arrecifes los van destruyendo, por ejemplo, las tortugas marinas ingieren mucha cantidad de plástico en formato de bolsa o de botellas que pueden confundir con su alimento" explica el biólogo y conservador del Zoo Aquarium de Madrid, Javier García. Lo que más preocupa a los científicos son los microplásticos, por eso, el Centro de Investigación Cooperativa en Biomateriales CIC biomaGUNE del País Vasco está desarrollando una membrana con enzimas capaz de descomponerlos para acabar con los residuos que deja nuestra ropa al lavarla. "Podríamos poner estas membranas en nuestras lavadoras para que sean libres de microplásticos" explica Fernando López Gallego, investigador del CIC biomaGUNE.  Otras iniciativas, como Mares Circulares dan una segunda vida a las toneladas de basura marina que recogen reconvirtiéndolas en mallas de fruta y verdura, además de redes de baloncesto o de fútbol. Al ritmo de destrucción que llevamos, en 2050 habrá más toneladas de plástico que peces en el mar.