Llegan al puerto, terminan de descargar el pescado y llega la hora de fichar. Una obligación que no gusta ni al patrón ni a los marineros. Desde el 2019 la ley impone el registro horario en todas las empresas, pero en la pesca pocos lo hacen. El sector no lo ve viable. El problema está en que la mayoría de los marineros tienen un salario a la parte, es decir, cobran en función de lo que pescan. Según el Convenio sobre el Trabajo en la Pesca, los armadores deben exigir el fichaje a los tripulantes.