Desde quienes se dedican a la traducción, hasta quienes están detrás de la propia inteligencia artificial, los programadores. Son múltiples los sectores profesionales que pueden desaparecer o cambiar para siempre por esta disrupción tecnológica que, según los expertos, está previsto que afecte más a los trabajadores más cualificados, entre ellos, analistas financieros, matemáticos, contables, gestores, redactores y diseñadores, entre muchos otros. Y tanto es así, que el FMI calcula que, por ese efecto de la inteligencia artificial, el impacto será aún mayor sobre el mercado laboral actual de los países más avanzados que en el resto del mundo, de un 40 a un 60%, según la estimación del Fondo Monetario Internacional. Un escenario con la IA entre el riesgo y la oportunidad, según los expertos, pero que no tiene por qué ser destructivo laboralmente, ya que se pueden abrir puertas, advierten, de nuevos empleos que no conocemos todavía, a la vez que perviven muchos otros adaptados a una nueva realidad asistida tecnológicamente. Para que nos libere de lo más tedioso y nos haga más productivos. En España, casi una de cada dos empresas asegura que ya utiliza IA para analizar datos y una de cada tres lo hace para optimizar tareas administrativas y de marketing, entre otras. El objetivo común, coinciden el FMI y el Foro de Davos, es crear una red de protección social que amortigüe un posible impacto de destrucción laboral y de mayor desigualdad.