El bienestar animal se topa con la cesta de la compra. Lo advierten desde el sector porcino, que creen que el consumidor podría ver incrementado el pecio de la carne en un 30 por ciento. Y en el caso del pollo, su coste podría triplicarse en el supermercado. Así repercutirían los importes por adaptar las granjas a la propuesta en la que trabaja la Comisión Europea. En ella se pretende dar más espacio a los animales y eliminar las jaulas. Normativa basada en una encuesta en la que, denuncian los ganaderos, no se han tenido en cuenta el impacto socioeconómico. Advierten, también, de los peligros de tener a los animales fuera de sus jaulas, no solo por las enfermedades. Piden que se les escuche y que el bienestar animal se base en evidencias científicas lejos de ideologías.