Limpiar la cocina suele ser un engorro, pero lavar la campana extractora lo es todavía más. Aunque es un elemento indispensable y se usa a diario porque mantiene el hogar libre de olores y humedad, no se friega tan menudo como el resto de utensilios. Los filtros son el menor de los problemas: se mantienen más a menudo con un buen detergente líquido o con un quitagrasas potente. Y a base de frotar, claro. Lo que se deja semanas (y meses) sin hacer es el aparato en sí. Con el paso del tiempo se va acumulando suciedad, la grasa en particular, convirtiendo la tarea de limpieza en un fastidio. Sin embargo, hay un truco infalible para hacerlo la campana extractora niquelada: no necesitarás ningún producto especial ni caro, ni tampoco tendrás que frotar. Es más, no tendrás ni que ponerte unos guantes de limpieza.

La usuaria Ana Madrid (@mumlifeana) ha puesto a prueba el truco práctico. Estos son sus pasos:

  1.  Retira los filtros (o rejillas) de la campana.
  2.  Llena una olla con agua y ponla a hervir.
  3.  Añade un cacito de bicarbonato y el jugo de medio limón.
  4.  Cuando hierva, pon el extractor a máxima potencia.
  5.  Deja que la olla haga vapor durante una hora.

"La grasa incrustada caerá sola", asegura la usuaria. Las imágenes hablan por sí solas: está por la vitrocerámica y su alrededor. Por tanto, solo quedará limpiar esa zona sin tener que hacer muchos esfuerzos y volver a poner los filtros. "

Pero añadió una sugerencia para que ya sea perfecto: pon dos ollas a hervir, una en cada lado de la vitrocerámica o la placa de gas, para que toda la campana extractora se empape de vapor, no una parte más que la otra. Así quedará toda limpia.