Apenas dos días ha durado el compromiso de Tamara Falcó e Íñigo Onieva. La primera lo ha roto –así se confirmó este mismo domingo por parte de personas allegadas–, después de anunciarlo el jueves pasado, al constatar que el empresario le fue infiel. Hay un vídeo en el que este besa a otra mujer hace semanas en un conocido festival internacional de música en EE UU.
Por si hubiera dudas, el mismo Onieva entonó finalmente el mea culpa, reconoció la infidelidad y pidió perdón no solo a Tamara Falcó, sino a toda su familia por el daño causado. “En los vídeos difundidos aparezco en una actitud inaceptable, de la cual estoy absolutamente arrepentido y destrozado por ello”, declaró. Pero de poco le ha servido a disculparse.
Su novia en los dos últimos años y prometida desde el jueves ha optado por lo que muchos esperaban: plantarle y poner fin a una relación que nunca ha estado libre de sospechas de infidelidad por parte del novio. Lo ocurrido ha dejado destrozada a la Marquesa de Griñón, que dejó la casa que compartían y este mismo domingo salió a pasear a sus perros muy afectada. Al parecer se ha instalado en la casa familiar, con su madre, Isabel Preysler, y la pareja de esta, el escritor Mario Vargas Llosa, a quien algunos ya situaban de padrino de la boda fallida.
No fue sorpresa la ruptura porque el sábado saltaron todas las alarmas cuando Tamara borró de su cuenta de Instagram –la misma en la que había anunciado de una forma un tanto cursi su compromiso– la foto en la que posaba con Onieva y el anillo que este le regaló (qué ha pasado con la alianza es un misterio).
El sábado la empresaria guardó silencio. También Onieva hasta que decidió pedir perdón públicamente. De momento no le ha servido para que su exnovia vuelva a subir al Instagram su foto de compromiso.
Aunque todo puede suceder tratándose de Tamara, que hace apenas dos días proclamaba a los cuatro vientos que estaba enamorada hasta las trancas y que ponía la mano en el fuego por su novio. Se ha quemado.
