En la tarde del Lunes Santo del año pasado, que cayó el 15 de abril, nadie miraba unas procesiones paralizadas por la lluvia o el enésimo debate electoral. Todos los ojos, en España y fuera, estaban fijos en París, donde ardía, de forma descontrolada, un icono incontestable del arte y la cultura europeas: la catedral de Notre Dame. A punto de cumplirse un año desde aquel trágico Lunes Santo, la divina catedral en cuyos tejados, los mismos que arrasó el fuego, Victor Hugo imaginó la carrera de un jorobado, no es ya motivo de duelo, sino símbolo de esperanza.

Con el primer aniversario de la tragedia en el horizonte, la catedral ha recuperado incluso, aunque fuera solo por unas horas, los oficios religiosos. Este viernes, el arzobispo de París, Michel Aupetit, ofició una misa en el interior del templo, en una parte segura próxima al altar mayor. Con apenas siete personas dentro de la catedral, la misa tuvo momentos singulares, como ver al arzobispo en plena bendición con un caso de seguridad, o a los auxiliares con mascarillas.

La misa permitió ver, tras muchos meses, el interior de Notre Dame. Pero lo que más llamó la atención, lo que realmente se convirtió en un mensaje de esperanza para los fieles, fue escuchar el hermoso "Ave María" de Schubert interpretado por Judith Chemla, actriz de cine y teatro conocida por su interpretación en la película "El jadín de Jeannette", dirigida por Stéphane Brizé.

La interpretación a capela de Chemla impresionó primero a los telespectadores franceses, que seguían la misa en directo, y posteriormente a una audiencia global, después de que el extracto con su intervención en el oficio religioso se viralizase. Una actuación que logró colmar el objetivo de convertir ese oficio religioso, desarrollado en una catedral que persigue renacer, en un mensaje de esperanza para los afectados por el coronavirus, y para todos aquellos que sufren el confinamiento aprobado en varios países para contener el avance de la pandemia.

Unas medidas restrictivas que también afectan a la reconstrucción de Notre Dame, cuyos trabajos de rehabilitación están parados mientras dure el confinamiento. La previsión era completar en estos meses la retirada de los andamios que estaban sobre la cubierta, y que aún comprometen la integridad del edificio.