Siguiendo una "obsesión" súbita, Amaro Ferreiro decidió diseccionar el misterio que rodea a "Mediterráneo" de Serrat, "el mejor disco de la música española", y recrear casi 50 años después con artistas como Jorge Drexler, Eva Amaral, Santi Balmes y Andrés Calamaro su elaboración y su espíritu de libertad y unidad.

"Ese álbum es un precursor de la Transición; de hecho, quizás podríamos decir que empezó con él", destaca el compositor y hermano del también músico Iván Ferreiro en una charla con Efe, en estos tiempos de "contienda informativa" y de crisis del "procès" en Cataluña.

Inevitable resulta compararlos con el momento que vivía Joan Manuel Serrat en 1971, cuando aún en dictadura y en medio de sus álbumes dedicados a Antonio Machado y a Miguel Hernández publicó su primer disco de temas inéditos en español.

"Hoy se habla de la libertad sin saber lo que era no tenerla. Cuando yo empecé este proyecto, Serrat estaba siendo muy criticado con todo el tema del procès y, cuando llegué a 'Mediterráneo', pensé que había que tener perspectiva de las cosas", señala el músico vigués.

Todo empezó en la radio

Todo comenzó cuando en enero de 2018, un programa de radio pinchó íntegro el álbum completo. Era la primera vez que Ferreiro lo escuchaba así, de principio a fin, y algo empezó a bullir en su cabeza, "la obsesión" por desentrañar por qué esas canciones seguían tan vigentes tras casi medio siglo.

"Siempre he oído hablar a los otros músicos de 'Mediterráneo' como un tótem. También eso me llevó a hacerlo, el yugo que arrastramos con este disco como de una obra tocada por los dioses que aún no hemos superado", cuenta.

Con la "poca información" de la que se dispone (más allá de que se grabó en Milán en cuatro días, se desconoce hasta la identidad de los músicos que acompañaron a Serrat en el estudio), Ferreiro se propuso volver a hacerlo siguiendo los mismos procesos de la época.

"Era una manera de decir que los músicos españoles de ahora están a un nivel musical muy importante, que pueden tocar esto y que sirviera como acicate para decir: 'Vayamos hacia delante'", explica.

Decidió incluso replicar los arreglos de Juan Carlos Calderón, misión para la que fichó al productor Ricky Falkner, y reclutó a una serie de músicos que pusieron voz a las canciones, de entre todos ellos, solo dos auténticamente mediterráneos.

"Con 20 años decía: 'Esto está muy bien, pero yo soy atlántico'. Al escucharlo con 40, vi que no era algo geográfico. Todos somos mediterráneos, los de Galicia, los de la meseta y los de Extremadura. Nos une una cultura que va más allá de ese mar", subraya, razón por la que utilizó el título original que iba a emplear Serrat para su obra, "Hijos del Mediterráneo" (Warner).

No debe extrañar por ello que el elegido para versionar el tema titular haya sido el uruguayo Jorge Drexler. "Aunque lleva mucho tiempo viviendo aquí, su acento nos lleva tan lejos como ha llegado la cultura mediterránea", argumenta ante un disco que asimismo incorpora al argentino Andrés Calamaro llevándose "Lucía" a un fraseo tanguero.

Como director del proyecto, Ferreiro decidió que su paisano Xoel López afrontara "La mujer que yo quiero", su hermano Iván "Tío Alberto" ("una canción sobre la amistad, sobre la que él ha construido su carrera", justifica) o darle la vuelta a la evocación padre-hija de "Qué va a ser de ti" con Miren Iza, de Tulsa.

El barcelonés Santi Balmes es el encargado de cantar los versos lúcidos de "Vagabundear" ("Para no olvidarme de lo que fui / Mi patria y mi guitarra las llevo en mí / Una es fuerte y es fiel / La otra un papel"), Depedro asume la difícil "Pueblo blanco", Silvia Pérez Cruz "Barquito de papel" y Eva Amaral "Aquellas pequeñas cosas".

Encuentro con Serrat

"Cuando uno hace un disco es porque quiere enseñar cómo ve la vida a través de la música. Para mí esto ha tratado más de aprender", indica el gallego sobre un trabajo en el que se ha encontrado que "Serrat sabe muy bien lo que es una canción y cómo llevarla a sus últimas consecuencias".

En ese sentido, destaca que pese a ser un autor "ultraconcreto", en cuyos textos "no sobra ni falta nada", "la ambigüedad vuelve a aparecer para dejar espacio a otras lecturas".

"Es el disco en el que menos he hecho, pero seguramente será el mayor éxito de mi vida", opina Ferreiro, que se encontró por casualidad al propio Joan Manuel Serrat hace solo dos meses durante una comida. "Nos dijo que lo había escuchado y nos dio las gracias. Fue muy emotivo y a la vez un alivio", apostilla.