| Si algo demostró el pasado viernes Mel Gibson a su llegada a Oviedo es que en todo momento se encuentra pendiente de su familia y de las personas que le acompañan. El divo del cine, en realidad, se reveló como un "antidivo", que sí que valora enormemente su privacidad. Gibson, que ya había visitado otras zonas de España, dejó entrever que lo que está conociendo en el Norte le está gustando mucho. El actor disfruta con la buena mesa y también le apasiona la historia, tal es así que conoce perfectamente detalles de la época en la que vivió Pelayo y las circunstancias que le rodearon. A su llegada a Madrid visitó un conocido restaurante; al igual que en San Sebastián, donde se encuentra rodando Woody Allen. En Burgos fue reconocido por otros turistas que estaban visitando la catedral, que aseguraron que estuvo muy atento a las explicaciones de la guía.