"Blanca y radiante va la novia", cantaba Antonio Prieto. Y ha sido una realidad aplicable a décadas de bodas en nuestro país. Pero parece que la era 2.0 pone en peligro esa afirmación. La novia de 2020 seguirá yendo radiante, pero lo de ir de blanco impoluto será algo excepcional. Así lo han confirmado los dieciséis diseñadores y firmas de ceremonia e invitadas que han presentado esta semana sus colecciones en la quinta edición de la pasarela Atelier Couture, que una vez más ha contado con un escenario mágico: el palacio de Fernán Núñez de Madrid. Por la pasarela se han visto propuestas cargadas de color, desde ácidos a tonos pastel y teñidas por completo de negro; vestidos cubiertos de bordados multicolor, con lazos XL, volantes o capas en diferentes tonos, o con juegos de transparencias, dejando más protagonismo al color de la piel que al blanco.

Y según los modistos de novias, las mujeres ya no buscan diseños que las hagan sentir el día de su boda como princesas de cuento o que saquen su lado más clásico y tradicional. Las novias del próximo año llevan los pantalones, en todos los sentidos. Juegan con los volúmenes, con el largo y las asimetrías, con los escotes, con las capas? y cambian las faldas por pantalones. Así lo demuestran firmas como Hannibal Laguna, Amarca, Alicia Rueda, Raquel Ferreiro o Santos Costura, llevando el estilo masculino al extremo con un mono oversize con cinturón y cuello camisero incluidos.

Las mangas son las grandes protagonistas de todas las colecciones. Eso sí, cargadas de volumen. Desde las más cortas alineadas con el escote, como las de Cristina Piña, hasta largas y con un elegante puño XL como las de Hannibal Laguna, o las transparentes de estilo francés de Santos Costura. También lo son las capas, las plumas, los lazos y los volantes. Que pueden ir juntos o por separado. Las transparencias, además de en las mangas, se apoderan de todo el cuerpo, sacando a relucir ese look bailarina de ballet sofisticado tan de moda en las pasarelas y que también llega a las novias. Y para completar ese aire "Lago de los cisnes", los tonos rosas, nude, salmón y malva ocupan un lugar privilegiado en la paleta. Con permiso del cada vez más presente negro, que viste looks enteros o pequeños detalles en contraste con el rey blanco. Este binomio adquiere uno de sus mejores resultados en los lunares, perfectos para invitadas o novias atrevidas que busquen un vestido más festivo que clásico. Lo mismo ocurre con los bordados, un recurso cada vez más utilizado para romper el monocromo. Y si son multicolor y en forma de flores, mucho mejor.

Atrás quedan los tiempos de los vestidos con colas kilométricas, de cortes imposibles y de estructuras incómodas. Por eso, el largo a media pierna se cuela entre los favoritos para las novias de 2020. Porque casarse es un motivo de felicidad y ningún vestido va a ser el impedimento para disfrutar.