"Es bonito ver que el amor, la sexualidad y la sensualidad es cuestión de energía y no de edad, y esta película lo demuestra, y es una bella imagen", asegura Mónica Bellucci (Città di Castello, Italia, 1964) sobre el "romance" que comparte en la gran pantalla con Emir Kusturica en el filme "En la vía láctea", la nueva película del director serbio, que la actriz presentó ayer en Madrid y que llegará a las pantallas el 14 de julio. Se trata de una cinta que su director describe como un "cuento de hadas moderno" ambientado en la Guerra de los Balcanes y en el que Bellucci deja ver su madurez interpretativa. "Es una nueva manera de estar en pantalla", sostiene la actriz sobre esta nueva etapa que comenzó con "Spectre" (2015), la primera película en la que una mujer madura caía en los brazos de James Bond.

Ambientada en la Guerra de los Balcanes, la cinta es una oda a la naturaleza y al amor cuando una misteriosa mujer de origen italiano, que encarna Bellucci, aparece en la vida de un lechero. "En el momento en el que se conocen simplemente pasa algo mágico", argumenta la actriz sobre estos dos personajes "que ya no son jóvenes" y a los que "no les queda nada que perder" en mitad de la cruenta guerra yugoslava en los años 90.

Cuenta Bellucci que en su opinión la "sociedad está cambiando" y la manera en que se mira a las mujeres y a las actrices cuando lleguen a edad madura es ahora "diferente".

"Las mujeres se están mirando a ellas mismas de otra manera y por eso estamos siendo vistas de una manera diferente", argumenta sobre el cambio de paradigma en la industria, en la que se empieza abrir una brecha para las actrices maduras que "en los años 40 o 50 (del pasado siglo) no sería posible" que entrasen en las producciones.