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La pasión de vivir y otros empeños posjubilatorios

Geni Barros ante el piano de su casa, donde pasa horas aprendiendo y componiendo tras su jubilación. Alba Villar

Llevo en los ojos el mar/en los labios un suspiro./En la boca llevo sal./Y en el corazón a Vigo". Estoy oyendo una preciosa habanera emigrante cantada por el Coro Aula Aberta de la Universidad de Vigo pero cuya autora busca nuevas voces que la canten, la popularicen, la extiendan como única en su género nacida en esta ciudad como homenaje a los incontables emigrantes que un día salieron de su puerto, para los que se encuentran en el mundo sin haber podido regresar, para los que han vuelto y también para los que ya no están más que en el recuerdo de las familias, las que un día los despidieron como canta la habanera, con "pañuelos blancos diciendo adiós". Ella, María Regina Barros, "Geni", la autora de su música y su texto, estuvo ahí, agitando el pañuelo en esas tristes despedidas y por eso a esta canción la ha llenado de sentimiento. La habanera, además, habla de Vigo, de sus piedras, de su mar, de sus playas y montañas, y ella quiere que la adopten otros coros para ofrecérsela a los vigueses, para que la escuchen, puedan cantarla y forme parte de su acervo cantoral.

El mismo día que conocí a Geni quiso el azar que hubiera hablado también con el ex profesor de Periodismo de la Universidad de Santiago, Jaime Fandiño, sobre un proyecto en el que está volcado y del que Geni Barros me parece un gran exponente, aunque ambos no se conozcan. Hablo del Proyecto Vulnerables en el que Fandiño, que tras su jubilación compone y canta con su grupo como ella aunque en géneros diferentes, se embarcó hace años con el fin de promover la intergeneracionalidad como clave de un envejecimiento activo mediante actividades artísticas, lúdicas y empresariales. El antes profesor se dio cuenta de que, al retirarse del mercado laboral, los adultos mayores son encerrados en un "gheto cronológico" en el que solo tienen contacto y relación con personas de su misma generación. Hay que buscar nuevos espacios para los que no quieran ir a clubs de la tercera edad", dice Fandiño. Y él, aparte de la tesis doctoral que está escribiendo sobre esta materia, lo promueve con su banda intergeneracional "Deteriorados", punta de lanza de esta lucha para hacerlo conocer a través del rock, blues y country. En vez de ir con un power point a explicarlo, van con música. ¡Qué suerte haber conocido hace unos días a Geni Barros, cuya vida activa tras su jubilación me recordó el proyecto de Fandiño, y poco después a Alfredo Teja, responsable de Comunicación de las Aulas Sénior de Galicia, que llevan más de 40 años cuidando el desarrollo físico y mental de los seniors! Un proyecto que no solo atiende al bienestar físico con yoga o gimnasia, sino que también cultiva la mente de los mayores con clases de Historia del arte, pintura, música o coro. Ategal combate aquellos 'ghettos cronológicos' de los que habla Fandiño fomentando, incluso, una adaptación real con cursos de manejo de smartphones y redes sociales.

Geni Barros ejemplifica con su vida la idea que mueve a estos proyectos con su propia vida. Empezó a sentir la música en los talleres de costura de Maruja Méndez en Cabral (Vigo) a los 10 años. A lo 11 años empezó a subirse a los escenarios en festivales benéficos locales y otros actos sociales como solista con acompañamiento de piano. En 1967 entró en la Coral Casablanca y allí aprendió con Rey Rivero durante decenas de años, el tiempo libre que le dejaba su trabajo como telefonista en Álvarez. Pero si su pasión por la música la acompañó toda su vida, fue en el momento de la jubilación cuando pudo sentirla más profundamente, cuando la sorprendió un entusiasmo y una ilusión que la elevó a otra dimensión quizás porque puede dedicarle más tiempo. Ahora estudia solfeo y piano, es miembro del Coro Aula Aberta... y lucha contra la intemperie de ser mayor y mujer para conseguir sus metas. De esa lucha es una muestra este artículo, tras convecerrme a los 10 minutos de conocerla. Y es que con más de 60 años se matriculó en la Universidad y se graduó como Senior pero es la creación de obras musicales (lleva 13 registradas) la que la hace sentir plena. Entre ellas, destaca esta habanera emigrante por cuya expansión pelea como leona. "No soy mujer de sentarme frente a un televisor o ver pasar la última vida que me queda sin hacer nada. Quiero vivir y beber la vida hasta el último minuto de mi capacidad física e intelectual. La vida no se acaba cuando uno se jubila", dice ella.

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