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Al telediario le quedan dos telediarios

Al telediario le quedan dos telediarios

Es el final del telediario tal y como lo conocemos. Las cadenas de televisión están reduciendo sus espacios informativos, y los pocos que quedan cada vez se parecen menos a verdaderos programas de información y más a aquel programa de humor llamado "Vídeos de primera", emitido en la década de los 90.

El último de los síntomas de que al telediario le quedan dos telediarios es la supresión del informativo "La 2 Noticias", una decisión tomada por la dirección de RTVE ante la falta de técnicos en activo en agosto. Al parecer, la cadena no cuenta con suficientes productores, realizadores, iluminadores y camarógrafos como para sacar adelante la emisión de ese espacio. Es más, según informa "El País", la "precariedad laboral" alcanza tal punto que apenas se pueden sostener los telediarios de La 1 con los medios disponibles. Se argumenta que las sucesivas citas electorales -y lo que nos queda- han impedido librar a muchos trabajadores, y que por ello se ha "sacrificado" el informativo de La 2 para no perjudicar los telediarios de La 1.

Que un ente público con más de 6.300 trabajadores elimine uno de sus programas más importantes por falta de personal solo podría pasar en este país de honda tradición surrealista, y en el que el contraste entre la empresa pública y la privada resulta, en muchos casos, poco menos que insultante (para los de la segunda, claro). Pero eso daría para otro artículo. Lo que se confirma es la tendencia hacia una parrilla televisiva carente de espacios informativos con calidad periodística.

Todo empezó con el infotainment, la mezcla de información y entretenimiento que se impuso en Estados Unidos ya en los años 80. Hoy ocurre no ya que los informativos tengan un formato que resulta entretenido, algo lícito y conveniente, sino que las televisiones privadas supeditan la información al entretenimiento. Vídeos virales sacados de YouTube desplazan a las noticias y al análisis. Se obvia el contexto y se muestran imágenes con millones de visionados en las redes sociales sin importar que hayan transcurrido varios días desde que fueron grabadas. Hasta se utilizan accidentes con muertos como cebo para la audiencia. El ejemplo más palpable de esto es el informativo de Deportes de Antena3, que muchas veces parece más una sección de sucesos que de noticias deportivas. Una agresión a un árbitro por allí, una pelea entre padres en un partido infantil por allá... Todo vale menos el deporte en sí.

La desaparición de CNN+ por su inviabilidad, hace ya 8 años, fue otro mal síntoma. Y Cuatro ha estado reduciendo su oferta de noticias. Solo las cadenas públicas -con sus boletines casi siempre tendenciosos, eso sí- aguantan el tipo periodístico. No se trata de desinterés del público: ahí está el éxito de programas como LaSexta Noche para demostrar que la actualidad interesa, aunque en este caso presentada en forma de debate de trincheras. Pero si los informativos intentan ser solo entretenimiento, buena parte del público acaba prefiriendo la evasión pura y dura, sin noticias que le amarguen.

Cada vez que veo a algún famoso afirmar orgulloso que no ve los telediarios ni lee los periódicos, y que gracias a eso vive más feliz, me pregunto si esa gente deja también de ir al médico. Por aquello de evitar las malas noticias.

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