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Largo pétalo de mar...

Largo pétalo de mar...

Rescata Isabel Allende en su última novela, "Largo pétalo de mar" (Plaza&Janés) el episodio de la huida de republicanos en el barco "Winnipeg", fletado por el poeta Pablo Neruda cuando era cónsul de Chile en París para ayudar a los exiliados. Su "cargamento" eran 2.078 hombres, mujeres y niños, todos ellos refugiados españoles de la guerra civil y, en un gran porcentaje, procedentes de los campos de concentración franceses. Se trataba de una coyuntura histórica muy delicada porque, por una parte, Francia no sabía qué hacer con los miles exiliados republicanos españoles y, por otra, se sospechaba que los tanques alemanes ya se preparaban para levantar sus cañones y avanzar hacia territorio galo finalizada la guerra en España: estaba a punto de estallar la Segunda Guerra Mundial.

En aquel barco viajaban también, rumbo a América, una veintena de gallegos, entre ellos los hermanos Vicente, José y Manuel Pita Armada que, nacidos en Cariño, eran tres de los once hermanos, hijos del matrimonio entre Luis Pita y Asunción Armada, quienes con el tiempo se habían hecho propietarios de una fábrica de conservas y salazón que daba empleo a marineros y trabajadores del pueblo.

Los Pita, aunque empresarios, estaban muy relacionados con los sindicatos del marineros de la época en Galicia, de signo mayoritariamente anarquista, así que, en cuanto estalló la guerra civil, fueron conscientes de que su situacion, en Galicia, era, cuando poco, peligrosa. Así que decidieron secuestrar un buque que acababa de atracar en el puerto de Cariño, el Arkale, y fugarse navegando por la costa cántabra hasta llegar a Bilbao, primero, para acabar en Francia después,una vez caído también el frente norte del ejército republicano. En Cariño se quedaron los otros hermanos varones de la familia, Luis, Francisco y Antonio. A éstos su decisión de quedarse les costó la vida: se los llevaron a Ferrol y los fusilaron. Se cuenta que cuando se los llevaban presos por las calles del pueblo, un individuo que se encontraba en la puerta de su casa les espetó a los falangistas: "¡Volved a sus casas y llevaos también a las crías (por las hermanas) que no quede nada de ellos!". A ellas no las mataron, pero les hicieron la vida imposible,al punto de que tuvieron que irse a vivir a la ciudad de A Coruña para escapar de sus enemigos, los nuevos amos de Cariño.

De los tres hermanos que el 3 de septiembre de 1939 desembarcaron del "Winnipeg" en Valparaíso tan solo volvió a España uno,Vicente,y lo hizo fugaz y casi clandestinamente en 1966 para asistir a la boda de su hijo Pancho.A éste, por cierto, también le alcanzó el brazo represor: sintiéndose acosado en España, en 1967 emigró junto con sus esposa a Francia,pero allí, vigilado por agentes secretos de la policía española, fue rechazado para trabajar en una de las factorías de Citroën "por los informes negativos que les habían filtrado las autoridades locales". Pancho no retornó definitivamente a España hasta el año 1978.

Esta es otra de las historias de aquel "Winnipeg" del que el propio Pablo Neruda escribió: "Que la crítica borre toda mi poesía, si quiere, pero que no se olvide nunca de este poema..."

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