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José Antonio Marina: "No hemos dado con una solución ideal sobre el aborto como para darlo por zanjado"

"Prolongar una vida solo por el hecho de vivir tres meses más en unas condiciones insoportables para esa persona y su entorno no conduce a nada"

José Antonio_Marina. Ballesteros/Efe

Paralelamente a su labor ensayística, el filósofo José Antonio Marina está comprometido con el proyecto de impulsar una "movilización educativa" cuyo propósito es involucrar a toda la sociedad española en la tarea de mejorar la educación mediante un cambio cultural que aproveche la preocupación, la generosidad, la energía y el talento. Asimismo, Marina reivindica la necesidad de rehumanizar la práctica sanitaria y alerta sobre los peligros de la inteligencia artificial mal controlada.

-¿Los recortes y la crisis han deshumanizado la medicina?

-Sin duda, y por una razón que tiene un gran paralelismo entre el sistema educativo y el sanitario. Cuando se recorta, hay unas atenciones mínimas que no se pueden dejar de dar. Lo que se deja es todo eso que se dice en un momento que es secundario pero que da calidad al sistema. Es tener, por ejemplo, sistemas preventivos en salud, que sin mucha inversión son muy eficaces.

-Se ha debatido sobre qué papel tendrá la inteligencia artificial en la toma de decisiones en medicina. ¿Vamos a dejar las decisiones como los diagnósticos y el tratamiento en manos de las máquinas?

-Es el gran debate y no solo en el campo médico. Quién va a estar en condiciones de tomar decisiones en un mundo complejo en el que son los sistemas de inteligencia artificial y big data los que tienen más conocimiento. Para no quedar supeditados a una especie de mantenedores de la máquina, debemos formar un nuevo tipo de inteligencia, que es en la que estamos trabajando en el proyecto "Centauro". Nos obliga a reformular la educación básica y la profesional. El médico va a tener que trabajar con un sistema muy informatizado que va a ampliar sus posibilidades, y para poder aprovecharlo hay que formar a la gente de una manera determinada. Así, posiblemente en el diagnóstico sí tomen las decisiones, y quien dice en el diagnóstico también en el tratamiento porque van a tener más conocimiento.

-¿Y en los cuidados? ¿Llegarán a cuidarnos humanoides como se está desarrollando en Japón o inteligencia artificial en algún grado?

-En algún grado sí. En España hay cerca de un 35% de personas con más de 85 años que viven solas. Eso es un problema. No estamos sabiendo resolverlo. Habrá sistemas de apoyo que tendrán que ser por alguno de estos procedimientos. En Japón ya tienen el robot para el abuelo, pero si hubiera un nivel demasiado alto de robotización de cuidados sería un fracaso social. Tenemos que estar alerta porque en todos los niveles la tecnología está provocando un enfriamiento de las relaciones humanas. Tenemos ya estudios serios que dicen que la capacidad de empatizar con las personas en el trato directo disminuye a tenor de las horas que pasas comunicándote en pantalla. La tecnología puede deshumanizarnos por vía indirecta.

-¿Estamos a tiempo de evitarlo?

-Hemos existido tanto en las redes que hemos olvidado que en el centro están los nodos, que son las personas. Si insistimos tanto en las redes, sin insistir en las personas, la persona se licúa en las redes, es una especie de despersonalización. Para humanizarlas debemos reconocer que cada persona está en el centro y que tiene que ser crítica y saber lo que transmite. ¿Qué dicen las redes? Dime qué dicen las personas de una red porque si no, hay una facilidad gigantesca de adoctrinamiento. Yo he acuñado un concepto. Antes decíamos que las personas podían estar en estado individual y en estado de masa. Ahora ya hay tres, individual, masa y en estado de red, en el que tienes una especie de yo social distribuido a la espera de lo que le digan, y eso no es el mejor estado para vivir o tomar decisiones.

-Más que los humanoides, el monstruo real es el big data . ¿Es el nuevo "gran hermano"?

-Sí. En el sentido más general de cómo se puede controlar la opinión de la gente es el más peligroso y es lo que están haciendo las grandes operadoras de datos, que en Occidente son Google, Facebook, Apple y Amazon. Además son un poco visionarias, son negocios gigantescos pero con la idea de que pueden cambiar el mundo, lo que es peligroso. Y son muy potentes, nunca se había unido con tanta rapidez una capacidad económica fabulosa con una capacidad de inteligencia tan concentrada. Y el consorcio chino va a su aire y no tiene trabas. En China, si quieres clonar, clonas. Porque China está dispuesta no solo a ser un gigante económico sino cultural.

-Qué miedo...

-Pero son muy listos también. Lo que están lanzando es que un sistema autoritario funciona mejor que uno liberal. Eso se lo están comprando en Hungría, en Brasil... Trump va un poco por ahí. Yo creo que tenemos que reivindicar el proyecto de humanismo de Europa: sistema liberal, tecnología y protección social. Es el más complicado pero es el que vale la pena porque los otros cortan por algún lado. Tenemos que demostrar que tenemos el talento para hacerlo.

-Ahora en precampaña no todos los partidos están apostando, precisamente, por mantener esos sistemas de protección social.

-La solución está en que se demuestre que el sistema público funciona tan bien que no haya que justificarlo. Por ejemplo, las razones que suelen dar es que la gestión de un hospital privado es mucho más eficiente que la de un público. Eso no tiene por qué ser así. En el sistema educativo, ¿por qué puede vivir bien el sistema concertado? Porque el sistema educativo se ha metido en un callejón sin salida con el sistema funcionarial de los profesores. Resulta que tienes una plaza de por vida lo hagas bien o mal. Eso es un sistema de inercia tremendo. Si el sistema público es eficiente, los demás no son competencia, pero tiene que serlo.

-Hablando de ética y práctica sanitaria, parece obligado hablar de eutanasia y aborto. ¿Están los españoles preparados ya para tener una ley de eutanasia?

-Yo creo que sí, considerar la asistencia a una muerte digna. Prolongar una vida solo por el hecho de vivir tres meses más en unas condiciones absolutamente insoportables para esa persona y su entorno no conduce a nada. Me parece que una de las maneras de humanizar toda nuestra cultura, que se está deshumanizando mucho, es implantar una cultura del cuidado. Cuidado es la actitud que debemos tener hacia todo lo valioso, implica respeto, atención, protección... ¡Claro que la vida es valiosa! Y por eso vamos a cuidarla, pero eso no significa alargarla como sea.

-¿Y qué pasa con el aborto?

-El problema del aborto es más complicado. Tengo la intención de publicar un artículo en la sección que tengo en "El Confidencial" que no me va a crear más que problemas. Se va a titular: "El aborto o por qué me siento el más tonto del pueblo". Yo hace 15 años pensé casi como obligación escribir una cosa sobre el aborto, primero para aclararme yo. Al final era un asunto tan sumamente complicado que lo dejé aparcado porque no tenía nada muy tajante que decir. Ahora que veo que todo el mundo tiene las ideas tan claras, unos a favor y otros en contra por motivos políticos, por religión, por zascandileo, por el derecho de la mujer... ¿Todo el mundo lo tiene tan claro? Pues yo no, y creo que es una situación de un rigor intelectual. Vamos a seguir con el debate abierto porque es un tema muy delicado. Los grandes educadores de los clásicos griegos eran las tragedias en las que derechos legítimos pueden entrar en conflicto. Por tanto, el gran problema ético no se da cuando el bien se opone al mal sino cuando un bien se opone a otro bien. Ahí estoy en una ponderación que me resulta difícil. Yo echo en falta en estos debates el sentido de la ponderación. Hay cosas que no son ni blancas ni negras. No hay que pensar que hemos encontrado una solución ideal y darlo por zanjado.

-¿Tenemos que reabrir entonces el debate sobre el aborto?

-Sí, pero no en precampaña. Las cosas que se hacen en precampaña son fulleras y no valen para nada. Mi consejo es que no te creas nunca nada de lo que se dice en precampaña. Yo me creí que habría un pacto educativo... De dogmatismo en dogmatismo voy a avanzar poco, conviene que se aplaquen las cosas y es absurdo sacar de una manera preelectoral y muy artificial un tema que estaba en calma y por eso se podía haber seguido trabajando más en sordina.

-Al hilo de estos debates, ¿qué opinión le merece la irrupción de Vox en el panorama político?

-Era esperable porque no es un movimiento aislado, se está dando en muchos países, y además con movimientos bastantes relacionados. Son una especie de amalgama. Como están hechos de materiales tan sumamente distintos, puede pasar que una persona vote a Vox porque sean los que defienden las procesiones de Semana Santa, la caza, por los toros, porque son patriotas, antieuropeos, porque van en contra de la violencia del feminismo... Son gente tan dispar que mientras son movimientos de protesta son muy potentes pero si no tienen alguna responsabilidad de gobierno les pasa como a Podemos, se deshilachan.

-¿Y si llegan al Gobierno?

-Ese es el problema, porque el Gobierno une mucho. Si de repente se hicieran con mucho poder, sí sería peligroso. Hice un artículo que se llamaba "Vox y los sistemas políticos ocultos" en el que hacía un mapa de las distintas cosas que convergen en Vox que entre sí no tienen nada que ver. Los toros, con las armas y las políticas antiabortistas... ¿Entonces por qué han confluido ahí? Muchas veces mordemos un piquín del sistema y nos lo tragamos todo sin darnos cuenta y se ha producido dentro de Vox como se produjo en Francia con Le Pen, una convergencia de gente de izquierda. ¿Cómo puede ser? Pues por lo mismo que los más pobres votaron al multimillonario Trump, por repulsa contra los elegantes universitarios, esos que no entienden a los campesinos de Iowa. Y con las redes sociales... Trump es un genio político en la utilización de Twitter. Ese campesino recibe un mensaje en su móvil del presidente. Si lo piensa ve que eso se lo ha mandado a 20 millones de americanos. Ya, pero él lo ha recibido en su móvil.

-Pero es una simplificación, entramos en apelar a las emociones, el populismo...

-Claro, ¿por qué insisto tanto en que hay que fortalecer los nodos? Porque es el único modo de cribar eso. A mí no me engaña, pero si de entrada me han dicho que no me fíe de los medios de comunicación, que están vendidos, que los científicos están vendidos y que no hay cambio climático y que todo tiene una versión alternativa, la posverdad... Los has dejado en cueros vivos. No tienen ningún resorte para desarrollar ningún pensamiento crítico contra los sistemas ocultos que están dentro de esto.

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