Los 70 fueron la década de oro de la música ligera, y en Galicia había dos figuras destacadas, Andrés do Barro y Juan Pardo, que escribiría algún tema para Xil Ríos cuando él empezaba a alborear con sus canciones. Según opiniones, el éxito obtenido por estos cantantes (por no hablar de Los Tamara, Los Españoles o Los Magos de España) hizo que grupos musicales no gallegos como Los Relámpagos hicieran versiones instrumentales de la "Alborada da Veiga" y "Muiñeira de Chantada", o que María Ostiz hiciera popular una canción tradicional gallega y que Julio Iglesias se atreviera a mezclar gallego y castellano en alguna composición. Como dijo Xosé Rodríguez "fixo máis Xil Ríos pola normalización da nosa lingua que moitos escritores".