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No busques la verdad, corres el riesgo de encontrarla

Sí, señora, 'la Pronto' siempre tiene la verdad" , dice una amiga médica a no pocas pacientes poniendo un retintín gracioso. Y es que está harta de que le lleguen a su consulta gentes de buena fe que la contradicen, dudan de su diagnóstico y le echan en cara su "rintintin" si se le repone la doctora- un lector de Pronto nunca dirá "retintín" sino "rintintín" - e invocan como argumento la lectura de esa revista o similares al hablar de su dolencia, una especie de salvoconducto que les da la sección de consejos saludables de la misma. Ya puedes ser el mejor internista del mundo que si "la Pronto" te dice otra cosa diferente a tu diagnóstico la credibilidad de tu carrera quedará en suspenso, tus másteresdevaluados y hasta comentada tu ignorancia con "rintintín" por tus pacientes. Digo esto porque acabo de leer un "Pronto" en la consulta de un fisioterapeuta en cuya portada se decía que Belén Esteban estaba a punto de quitarle su casa a un tal Toño, lo que no sé en qué habrá quedado hoy teniendo en cuenta que el de la consulta no debía renovar mucho la literatura de su sala de espera ya que la revista era de 2017. Tampoco me inquieta, no va a cambiar mi vida por ello. Estas publicaciones están pensadas para leer en los cuartos de baño en momentos de cagalera pero para determinados sectores de la población son algo así como la Fuente de Toda Sabiduría que, por si acaso, debo decir que también es una invención literaria, no existe.

L as cosas se han compliicado porque , en este jardín de la prensa de papel donde solo mentían unos pocos se ha sumado la televisión, que suministra sus perogrulladas al pueblo llano a través de programas hediondos como "Sálvame"SS o esos otros de videntes que te señalan el camino con sus cartas. Y ahora se ha puesto peor la situación con la llegada del reino de Internet, que no es el de Jehová pero a algunos les parece y es como entrar en una selva llena de lianas en la que no sabes a cual agarrarte porque pueden ser trolas que quieren vender por verdades. La velocidad con que se emiten por esta vía de las redes sociales informaciones falsas, alertas mentirosas, pánicos innecesarios, interpretaciones amañadas... las ha convertido en un pantanal, una selva enmarañada. Sabemos desde Platón que la verdad es independiente de nuestras opiniones y que estará siempre ahí aunque nadie crea en ella, pero los actuales técnicos en Comunicación nos dicen que también tiene un lado oscuro: la mentira también puede subsistir y acaparar toda la atención porque, si bien no describe fielmente la realidad, no le hace falta; simplemente "funciona" en nuestras cabezas. Nos permite -dicen ellos- construir un relato sobre nuestras vidas. Por eso sobrevive. Observad sino, por buscar algo cercano, ese bodrio panfletario en que se ha convertido el nacionalismo de los catalanes, lleno de mentiras absolutas o verdades a medias, por no hablar de la temática de la memoria histórica, para unos apocalíptica, para otros apologética, relatada de una u otra forma según hayas caído en uno u otro bando tú o tus ancestros. O el relato sobre la vuelta a la República como si ese estado fuera una Arcadia, un dispensador de medicamentos que a todos nos diera la salud debida.

Para esta gente de nada valen diccionarios, enciclopedias, bases de datos, manuales de estilo, y libros sobre el tema de la investigación porque ellos tienen "la Pronto" en la prensa, los tarotistas o el "Sálvame" en la televisión (no confundir con el "Sálvese quien pueda" que titula hace 20 años esta columna, que es una petición de socorro ante todo esto) o las redes sociales de Internet para informarse, entre una diarrea de twitters, Facebooks o Whatsapp, o sea el sindiós, el Totum Revolutum. Y encima la cosa se agrava y le aparece ahora a esta gente el concepto de moda: la posverdad. ¿Qué carajo es la posverdad? Pues nada menos que un emborronamiento de la frontera entre la verdad y la mentira, una tercera categoría distinta a las dos anteriores. Una en la que un hecho, ficticio o no, es aceptado de antemano por la simple razón de encajar con nuestros esquemas mentales. La cosa se agrava porque tienen detrás un potente aparato mediático y propagandístico que los respalda y que hará todo lo posible por hacer que esas falsedades parezcan explicar la realidad o, al menos, que no parezcan mentiras.

El que busca la verdad ,me dijo Manuel Vicent en una entrevista, corre el riesgo de encontrarla. Yo digo que ese riesgo existe pero, tal como estan las cosas, hay que pasar antes por un camino sembrado de minas por los medios de comunicación de masas, minas como la de los que piensan que la verdad está de parte de quien grite más, práctica muy habitual a la que se recurre para subir las audiencias. Hoy el sabio, el ponderado, el que calla cuando debe y no grita nunca, no está de moda. "La Pronto" es la que siempre tiene la verdad.

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