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Movilizadas contra la droga: Coraje de Madre

Las pioneras de érguete sacrificaron sus vidas personales para afrontar un problema que no solo afectaba a sus hijos, sino a toda la sociedad

Concentración de Érguete ante la Audiencia Nacional en 1993 durante un juicio contra Sito Miñanco. // Quico

Cuando Carmen Avendaño descubrió que su hijo era un drogadicto se quedó bloqueada. No se atrevía a decírselo a nadie y se pasó tres meses encerrada en casa, sin saber muy bien qué hacer. Poco después sufrió un derrame cerebral y ante las preguntas del médico le explicó lo de su hijo. Fue a partir de entonces cuando empezó "a contactar con otras personas que me podían orientar y con otras madres que padecían una situación similar a la mía". Fue así como hace 25 años Carmen y otras personas, en su mayoría mujeres, fundaron la asociación de ayuda al toxicómano Érguete, para hacer frente a una situación que estaba acabando con la vida de sus hijos.

" Recuerdo el caso de una madre tan desesperada -refiere Carmen- que lo que quería era que los médicos le diesen algo para matar a su hijo€ Aquella fue una época de dolor compartido pero, al mismo tiempo, de consuelo, de ayudarnos unos a otros". Tras las primeras reuniones en el local del Centro Asistencial de Drogodependientes de Vigo ( Cedro), las"madres contra la droga" empezaron a movilizarse para denunciar a los narcotraficantes y hacer visible todo el entramado que se movía alrededor de la droga en Galicia.

Sus concentraciones en lugares donde se traficaba con droga o ante las viviendas de presuntos narcos empezaron a llamar la atención de los medios de comunicación y algunos empezaron a calificarlas de "madres locas"." No estábamos locas -apunta Carmen Avendaño, presidenta de Érguete-; sabíamos perfectamente lo que queríamos y cada una de aquellas acciones en la calle estaba previamente organizada". De hecho, contaban con el asesoramiento de abogados y de profesionales sanitarios. Al igual que las Madres de la Plaza de Mayo, salieron a la calle para que se hiciese justicia, porque sus hijos también habían desaparecido o estaban desapareciendo.

Se armaron de valor y con sus gritos empezaron a despertar a una sociedad que estaba narcotizada, insensible a los dramáticos efectos de la droga. El objetivo de aquellas movilizaciones era triple: romper la marginalidad que entonces rodeaba al drogodependiente, desenmascarar a los narcotraficantes y buscar un respaldo político. Avendaño reconozco que la acción directa"era la parte más dura" y con unos métodos que hoy ya no utilizan." En las luchas, las guerrillas se pueden utilizar durante un tiempo; después no -añade-.

Estamos para dar mensajes en momentos dados, pero la lucha callejera se acabó, porque no puedes estar continuamente ahí, y porque la gente también se cansa€ no es lo mismo con 40 años que con 65. Ahora hay otra forma de trabajo para llegar a los organismos que nos tienen que escuchar". El primer acto público de Érguete fue una multitudinaria rueda de prensa en la que "denunciamos lo que estaba ocurriendo -comenta su presidenta-, que la policía estaba utilizando como chivatos a personas que a pesar de tener condenas por narcotráfico no habían sido detenidas, una de ellas que además era proxeneta.

También denunciamos a 38 establecimientos donde se vendían drogas duras con total impunidad". A partir de entonces se sucedieron las concentraciones para denunciar públicamente a los narcotraficantes. Pero si las movilizaciones eran la parte más llamativa, la acción de Érguete iba mucho más allá e incluía la reivindicación de políticas sociales preventivas, campañas de información sobre las consecuencias de las drogas y otro tipo de medidas para ayudar a los jóvenes drogodependientes y a sus familias. En el fondo se trataba de concienciar a la sociedad de que el problema de la droga no era algo marginal y que podía afectar a cualquiera, como desgraciadamente se empezaba a ver.

Y para ello tenían que actuar en varios frentes: el político, el sanitario, el jurídico€ Como afirma Tonina Díaz, otra de las fundadoras de la asociación,"de aquella era una vergüenza reconocer que un hijo había caído en la droga, y por eso las primeras movilizaciones fueron tan impactantes para todos". Tonina tenía entonces cuarenta años, se había quedado viuda y trabajaba para sacar adelante a la familia. Un buen día empezó a notar cosas raras en el comportamiento de sus hijos y acudió "a un local que habían puesto en la calle Uruguay para orientarse sobre la droga", donde coincidió con otras madres que tenían problemas similares con sus hijos".

Y allí surgió la asociación que sirvió para concienciar a la sociedad de que la droga podía afectar a cualquiera. Como recuerda Avendaño, "fue muy impactante cuando denunciamos a los 38 establecimientos donde se vendía droga, porque la gente empezó a reaccionar y después se vieron obligados a cerrar". Un fuerza increíble " Apesar de lamuerte demi hijo, valió la pena luchar en Érguete porque conseguimos muchas cosas para orientar a los chicos y a las familias", comenta Dora Carrera, que con 78 años es una de las más veteranas de la asociación. Perdió a uno de sus seis hijos hace diez años pero no piensa dejar nunca la asociación "porque ha sido mi segunda casa yme ha dado la fuerza necesaria para llevar el problema. Nosotros dimos la patada a la puerta€ no nos cortábamos por nada. Teníamos una fuerza increíble. Fue una lucha bonita; llevamos 25 años y seguimos ahí, con las puertas abiertas para las familias y para los chicos", añade Dora Carrera. Además de luchar contra la droga se encontraron también con la amenaza del sida, que a mediados de los 80 empezaba a cobrarse sus primeras víctimas en Galicia.

Fueron precisamente las denuncias de Érguete reclamandomás información sobre el virus VHI las que hicieron que "en Galicia se abordara el nuevo problema antes que en el resto de España", explica Carmen Avendaño, que recuerda un dato: " En 1989 hicimos pública una estadística del área sanitaria de Vigo en la que se registraban 108 personas muertas a causa del sida". Como apunta Dora Carrera, ella perdió un hijo, pero"nunca se hizo el recuento de cuántos jóvenes murieron a consecuencia de la droga por culpa de esos asesinos.

Nosotras salimos a la calle para denunciar lo que estaba pasando con nuestros hijos. Nos presentábamos ante todos los estamentos para denunciar a esos terroristas de la droga€". Lo más duro para Dora fue que"esa gente me quitó el poder demostrarle el cariño a mi hijo€ eso es muy duro. A veces quería abrazarlo y no podía, porque tenía que mostrarme fuerte para defenderle. Fue algo muy fuerte, muy fuerte". Momentos duros, emociones, viajes a Madrid, a San Sebastián, a Portugal... para denunciar a los que estaban acabando con la vida de sus hijos.

También perdió al suyo Sara Guntín, que se incorporó a Érguete en 1990, y fue una las más activas en las movilizaciones: asalto al pazo de Baión, enfrentamientos con Esther Lago en la puerta de la Audiencia de Pontevedra, paraguazos a narcotraficantes€ " De aquella podía correr, no como ahora, y teníamos un vocabulario precioso. Siempre iba delante con la pancarta", recuerda. Pero también hubo momentos críticos, en que estuvieron a punto de tirar la toalla. Carmen Avendaño relata algo que nunca había revelado en público: en 1991 uno de sus hijos, al que le quedaba por cumplir parte de una condena y había viajado a Cuba, fue detenido en la isla caribeña por la Interpol acusado de narcotraficante, en una operación organizada por los propios narcos gallegos.

Fue entonces cuando Avendaño supo que"había unas conexiones internacionales importantes con Galicia y parte del Gobierno; cosas que puse en conocimiento del juez Garzón. Pero fue una situación muy dura y muy difícil, en la que llegué a temer por mi vida". Para Tonina Díaz, el peor momento"fue ver a mis hijos enfangados en la droga; eso era lo peor. Nos dolía que nos llamasen las madres locas porque estábamos defendiendo a nuestros hijos, que se nos iban cayendo, enfermos y muertos. Se han muerto muchos; de la edad de mis hijos quedan muy poquitos".

Las madres de Érguete no buscaban el protagonismo, pero lo consiguieron no sólo en Galicia, también en el resto de España y en otros países." Nosotras -explica Avendaño- no buscábamos protagonismo, buscábamos soluciones.A mí me gustamucho planificar, pero algunas madres, al ver que sus hijos no respondían querían soluciones inmediatas. Una de las primeras cosas que tuvimos que aprender fue que teníamos que romper con el cordón umbilical que nos unía a nuestros hijos porque teníamos que abordar el problema como algo integral, pensando en toda la sociedad".

Carmen dejó claro a sus compañeras que aquello"no iba a ser para dentro de cinco, de diez o de veinte años, sino que era un trabajo a muy largo plazo, como desgraciadamente se está comprobando". Y en esa batalla siguen 25 años después las madres de Érguete a través de la asociación y de la fundación del mismo nombre. Los métodos ya no son los mismos, pero el objetivo sí: ayudar a las familias en la lucha contra la droga. Un aspecto de la manifestación más multitudinaria contra el narcotráfico en Galicia, celebrada en Vilagarcía de Arousa el 28 de noviembre de 1993.

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