Es duro perder a una familiar, pero más duro todavía es tener la certeza de que fue asesinada y no lograr la justicia que merece. Ese fue, básicamente, el mensaje que la familia de la pontevedresa Sonia Iglesias expresó ayer en la manifestación que recordó en las calles del centro de la ciudad su desaparición hace nueve años.

Cientos de personas volvieron a arroparles en la marcha y la concentración que partieron desde la Praza da Ferrería dando un rodeo por la calle Benito Corbal y hacer las habituales paradas ante la Comisaría de la Policía Nacional y la tienda de Massimo Dutti, en la que la joven trabajaba cuando desapareció.