Un siglo de prisión. Eso es lo que suman las penas de cárcel que solicita la Fiscalía para 12 acusados de participar en una supuesta trama de tráfico de drogas que hoy serán juzgados en la Audiencia Provincial de Asturias en Oviedo. Entre los acusados se encuentran, entre otros, varios narcotraficantes gallegos, algunos de ellos conocidos, como el empresario arosano F. J. M. y el excabo de la Armada J. G. B., condenado a seis años en 2011 por un alijo de cinco kilos de coca.

La presunta organización fue desarticulada en octubre de 2015 cuando realizaba un "pase" de siete kilos de droga en Carraspientes (Mieres).

Según el escrito de acusación provisional de la Fiscalía, la supuesta red introducía grandes cantidades de cocaína en Asturias desde Galicia y Madrid. Antes de caer en Carraspientes, habían realizado al menos otros dos intercambios.

La Guardia Civil rastreó además varios viajes a Leganés (Madrid), donde la red se aprovisionaba de cocaína para venderla luego en Asturias, sobre todo en Mieres y Lena.

Las investigaciones se iniciaron en febrero de 2015, cuando J. A. P. F., vecino de Carraspientes, fue sorprendido en un control en la Autovía de La Plata (A-66), a la altura de Mieres, con 2.500 euros, tres móviles, seis mandos a distancia y armas blancas que presentaban restos de polvo blanco y marrón, lo que hacía sospechar que habían sido utilizadas para manipular sustancias estupefacientes.

Los investigadores iniciaron una operación de seguimiento y comprobaron que se abastecía de cocaína a través de un colombiano residente en Oviedo, cuya identidad se corresponde con las iniciales J. A. M. R., quien viajaba junto al mierense a Leganés, así como con I. V. B. El mierense contactó con un grupo de narcos gallegos, entre los que estaban Meis y González Bouzada.

A la Guardia Civil le constan al menos tres intercambios entre los gallegos y el mierense. Uno se realizó el 17 de julio de 2015. Otro, el 10 de septiembre. En ambos habrían participado el citado empresario y el mierense, éste como lanzadera, al menos en uno de los viajes.

El tercer y último intercambio fue el 11 de octubre de 2015, día en el que cayó la red. La Guardia Civil sorprendió a cuatro de los narcos en dos vehículos, uno de los cuales tenía un doble fondo o caleta, en el que iban alojados los siete kilos de coca. Uno iba destinado al gijonés S. G. L., quien había negociado con Bouzada. De esta forma, los narcos aprovechaban el viaje para servir a dos clientes. Además, en la operación cayeron varios traficantes que ayudaban a J. A. P. F. a vender la droga.

Los investigadores detectaron además contactos semanales entre dos de los acusados para concretar las condiciones del suministro, esencialmente de hachís.

En el transcurso de la operación de desmantelamiento y operación, se hallaron en un registro domiciliario en Llanera 1.815 euros y 20 dólares, una navaja de muelle, un teléfono móvil, cámaras de fotografía y vídeo, una tablet, un ordenador portátil, dos balanzas de precisión y una prensa hidráulica. En una nave industrial en Sueros (Mieres) se hallaron 59,54 gramos de cocaína valorada en 6.023 euros, y varias sustancias de corte. En otro registro en la vivienda de otro acusado en Mieres se hallaron una envasadora al vacío, básculas de precisión, móviles, cartuchos de caza y metálicos con proyectil, además de anotaciones contables relativas al tráfico de drogas.

A los dos principales acusados se les detuvo tras enterrar una bolsa que enterraron a 400 metros de la vivienda de uno de ellos y en la que había 245.900 euros procedentes del tráfico de drogas, una pistola semiautomática, seis móviles y un hacha.