La defensa de Marcos Vidal, ejercida por el abogado Diego Reboredo, no niega la autoría, pero hace un relato de hechos distinto al de la Fiscalía y rebaja la calificación a homicidio. Y estima que concurren cuatro atenuantes: confesión, arrebato o estado pasional, legítima defensa y dilaciones indebidas. Por ello, solicita un pena menor.

Lo que sostiene la defensa es que Marcos y la esposa de la víctima seguían con su relación al tiempo de los hechos -ella lo niega- y que fue la mujer la que, "engañando a quien era su marido y a mi representado", "urdió un plan" con el que "poder deshacerse de ambos". La versión que aporta en su escrito es que la mujer "convenció" a Marcos de que su esposo no quería dejarla y le "solicitó" que fuese a su piso y hablase con Manuel Ángel, para que éste "aceptase la ruptura" matrimonial.

El acusado estaba "ciego de amor" y fue a la casa, donde estaba el marido y donde vio que éste "había pernoctado", lo que originó una "discusión" entre ambos. La defensa mantiene que la víctima esgrimió primero el arma y que Marcos, "ciego por el odio y el resentimiento", se la quitó y la usó en su defensa "con fatal desenlace para la víctima".

La viuda, que niega toda esta versión de la defensa, pide 25 años para el presunto asesino de su marido y el archivo del caso con respecto a ella: tiene doble condición de perjudicada e investigada al sostener la familia de su esposo que pudo tener cierta implicación en la muerte.