"Ojalá se pudra en la cárcel y no salga nunca". Así de contundente se mostraba la hermana de Ana Belén Varela Ordóñez, asesinada a tiros por su marido el domingo e el domicilio familiar de Cabana de Bergantiños. Mientras la familia, allegados y amigos despedían a la tercera víctima de la violencia machista de este año en Galicia, su marido, Julián Gil Pose ingresaba en prisión provisional y sin fianza.

El homicida, que el día del crimen al ser retenido en la vivienda por su cuñado le dijo "un home ten que facer o que ten que facer", guardó ayer silencio en el Juzgado de Instrucción 1 de Carballo, especializado en Violencia contra la Mujer. Se acogió a su derecho a no declarar y el juez ordenó prisión provisional sin fianza. Anoche durmió ya en la cárcel.

En el juzgado comparecieron también los dos hijos de la pareja, que se encontraban en el domicilio familiar en el momento del crimen. Ambos han nombrado un abogado ajeno a la defensa de su padre para personarse como acusación particular.

"Para mi que tenía todo preparado par matarla. Fue premeditado. Él no es hombre aficionado a las armas, puede tener alguna escopeta de balines antigua. ¿De dónde sacó el revólver? Se hizo con él para matarla", asegura la hermana de Ana Belén tras la misa funeral, que se ofició ayer por la tarde en la iglesia de Cesullas. Allí, con sus nietos de 27 y 25 años, recibió el apoyo de vecinos y amigos la madre de la víctima, que es viuda y tiene 73 años. Después, ya en familia, su cuerpo fue incinerado en Carballo.

Ana Belén y su asesino pasaron muchos años en la emigración en Suiza, donde ella trabajó en un hospital de Berna. De vuelta a Galicia la mujer se dedicó siempre al sector textil. Estaban en proceso de separación, pero nunca denunció a su marido por malos tratos, aunque era "agresivo de lengua", especialmente cuando bebía, según su familia. Nunca les dijo que la hubiera pegado, pero sí que rompía cosas cuando se ponía violento: una televisión, un jarrón... Aunque aseveran que delante de la gente nunca decía nada contra su mujer.

El matrimonio y sus dos hijos estaban en al cocina americana de su casa cuando él sacó el revólver. Ana Belén corrió a la puerta de la calle, pero tres disparos por la espalda la hicieron caer en el hall. Los servicios médicos y los efectivos de Protección Civil, cuya vicepresidenta es su hermana, no pudieron salvarla.