Dos años y un mes de prisión. Esta es la condena que aceptó ayer un hombre tras confesarse autor de un delito de robo con violencia en un bar de Vigo en octubre del año pasado. Primero intimidó a la camarera y le exigió el dinero. El dueño del local, padre de la joven, le dijo que le daba él la recaudación, 600 euros que parecieron poco al ladrón que le amenazó con cortarle la oreja y el cuello si no le daba más dinero. Finalmente en un forcejeo con un camarero tiró meses y sillas y huyó. Las tres víctimas sufrieron lesiones.