Carlos Inácio Pinto, el millonario portugués en prisión provisional desde hace más de año y medio acusado de intentar matar a su joven esposa en un hotel de Vigo, suma un nuevo delito. El Juzgado de Violencia sobre la Mujer de la urbe olívica le atribuye la presunta autoría de un quebrantamiento de medida cautelar por el envío de cartas desde la cárcel a una pareja -amigos comunes de ambos-. La sala estima que las misivas incumplen la orden que le prohíbe comunicarse con la víctima: en ellas el hombre supuestamente pedía a sus amigos que hablasen con la mujer para que no siguiese adelante con la causa, mostrando incluso su disposición a compensarla económicamente en el marco del proceso de divorcio.

La defensa, que dice que el hombre proclama su inocencia en las cartas, sostiene que no hubo quebrantamiento ya que no son misivas dirigidas a la mujer.