Un cuantioso botín que ahora deberá devolver. El Juzgado de lo Penal número 3 de Vigo ha condenado a un joven, R.L.N., como autor de un delito de robo con violencia por participar en el atraco al empleado de un supermercado de la calle Torrecedeira de Vigo. El ladrón, al que se le reconocen las atenuantes de drogadicción y de reparación del daño imponiéndosele una pena de 8 meses de prisión, estaba concertado con otro individuo, que no ha podido ser identificado, que fue quien llevó a cabo la autoría material de los hechos, al sustraer en plena calle de un fuerte tirón la mochila en la que la víctima llevaba 4.000 euros de la recaudación del establecimiento al banco. Junto al condenado, en el banquillo se sentó otro joven al que la Fiscalía acusaba de ser la persona que perpetró ese robo, pero la juez lo absuelve ya que ningún testigo lo identificó. "Ese no es", llegó a afirmar rotundamente una de las personas que presenció lo ocurrido. El propio trabajador asaltado aclaró en la vista que la persona que lo abordó era casi tan alta como él -que mide 1,90-, mientras que el imputado ahora exculpado era más bajo. "Soy inocente", alegó el hombre en la vista.
Junto a la pena de prisión, el sí condenado deberá abonar 4.000 euros -la cuantía robada- a la compañía aseguradora que indemnizó al supermercado. Los hechos ocurrieron el 11 de mayo de 2015, en plena calle y a las doce del mediodía. Según se recoge como hechos probados en la sentencia, R.L.N., de "común acuerdo" con otro individuo, esperaron cerca de un supermercado de Torrecedeira a que saliese un empleado del citado establecimiento.
Cuando el trabajador se encontraba en un paso de peatones de la calle Llorente, el joven cuya identidad se desconoce lo abordó por detrás dándole un tirón de la mochila en la que llevaba el dinero de la recaudación del súper para ingresarlo en una oficina bancaria de la calle Pi y Margall. Tras el robo, el autor material y el ahora condenado, que estaba a escasos metros, huyeron juntos a la carrera. La víctima los persiguió, pero los perdió de vista después de tropezar.
Drogadicción
Una de las atenuantes que la juez aplica al acusado es la de drogadicción ya que el joven está diagnosticado de un trastorno por consumo de sustancias tóxicas (cocaína y cannabis, entre otras) que merman parcialmente, aunque sin anularlas, sus facultades volitivas. Pese a que R.L.N. no fue quien materialmente sustrajo el dinero, la magistrada se extiende en argumentar que su intervención en los hechos no se limita a la de complicidad. En la resolución señala que no solo vigiló, sino que también esperó a la víctima y después huyó con el otro ladrón. "Había un concierto entre ambos", concluye.
