Aunque ya han pasado tres décadas del Si bebes no conduzcas al que recurrió la DGT para frenar el consumo de alcohol en carretera, el balance de positivos mantiene en alerta a los responsables de Tráfico y de la Guardia Civil en Galicia. Pese a que cada campaña de control no debería pillar desprevenido a ningún conductor ya que se avisan con antelación, no hay dispositivo que se cierre con cero denuncias. Uno de los infractores interceptados la semana pasada en Galicia circulaba en tal estado de embriaguez que se quedó dormido mientras era sometido a la prueba.

Ocurrió el domingo en un control cerca de Santiago. En la primera prueba, dio un positivo muy elevado: 1,22, casi cinco veces más que el máximo fijado por ley ( 0,25). Y ya no pudo hacer la segunda prueba porque se quedó dormido, hasta el punto que tuvo que ser despertado por el guardia civil que le practicaba el control. Los agentes, preocupados por el estado de salud del conductor, avisaron a una ambulancia, que lo trasladó al hospital.

Y por otra parte, otro conductor fue denunciado por su exmujer mediante una llamada telefónica cerca de A Coruña por pretender conducir ebrio para devolverle a sus hijos. La denuncia se cursó el domingo, al acabar el periodo en el que el padre tenía a los menores.

Tras recibir el aviso, la Guardia Civil localizó el vehículo con los menores dentro y sometió al conductor al control. ¿El resultado? 0,98 y 1,01, cuatro veces por encima de la tasa permitida. Los agentes entregaron a los menores a su madre, que se había trasladado al lugar.

En Canarias

Y fuera de Galicia, la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria detuvo a un conductor natural de Pontevedra, J.G.T., de 44 años, quien tras sufrir un accidente en la zona de Escaleritas, supuestamente abandonó el lugar del siniestro a pie, se negó a hacer la prueba de alcoholemia, agredió a un policía y rompió los cristales de un vehículo patrulla. Le atribuyen tres delitos. Lo tuvieron que reducir entre varios agentes, según informa Europa Press.