La Policía Nacional asestó el pasado mes de noviembre un importante golpe a la mayor plantación de marihuana hallada en Vigo. Los agentes detuvieron a dos personas, y tras varios días de búsqueda, a una tercera como presuntos responsables del cultivo. Tras varios meses de diligencias, la causa está próxima a juicio. La Fiscalía ha solicitado penas que suman 12 años de prisión y una multa de 38.672 euros para los tres varones que "durante los meses de septiembre y noviembre de 2016" se venían dedicando al cultivo, venta y distribución de marihuana en una nave industrial en la vieja carretera provincial de Vigo. Los tres procesados se sentarán a mediados de este mes en el banquillo de los acusados. Se les imputa un delito contra la salud pública de drogas que no causan grave daño a la salud si bien se les suma la agravante de notoria importancia al ser elevada la cantidad del estupefaciente decomisado.

En total, los agentes se incautaron de 1.000 plantas de marihuana en macetas y "en distintos estados de crecimiento", tal y como explica la fiscal en su escrito de acusación. Si bien el valor del estupefaciente en su venta en gramos estimada en el momento de los hechos supondría unos beneficios ilícitos de más de 740.000 euros, la representante del Ministerio Público señala en su escrito que el "valor total de la sustancia incautada se ha tasado en 9.668 euros de venderse por kilogramos o 36.832 euros de venderse por gramos".

La nave se encontraba en las inmediaciones de la calle Emilia Pardo Bazán, en la denominada zona industrial de la fruta. Los tres encausados la habían alquilado a finales del mes de septiembre del 2016. Para desarrollar esta actividad, los procesados "instalaron un sofisticado sistema de calefacción (mediante lámparas), refrigeración (mediante aparatos de aire acondicionado instalados en el exterior de la nave), y ventilación eléctrica", tal y como se recoge en el escrito de la Fiscalía.

Búsqueda

Las detenciones se iniciaron a principios de noviembre del año anterior. Uno de los arrestos se produjo en la propia nave viguesa, mientras que el otro tuvo lugar en el centro de la ciudad. El tercer implicado pudo escapar del operativo policial y estuvo en busca y captura por los agentes, hasta que finalmente fue apresado. Dos de los procesados se encargaban supuestamente de todo lo relacionado con la venta, distribución y suministro de la marihuana a terceros, mientras que al tercer implicado le confiaban el regadío y cuidado de las plantas de marihuana. Tan solo uno de ellos cuenta con antecedentes delictivos, por tráfico de piezas de automóviles, tal y como informaron en su día fuentes policiales.

Entre las mil plantas de marihuana incautadas por los agentes de la Policía Nacional, de las que se constató estar listas para su recolección, se encontró también un número considerable de semillas ya preparadas en macetas para iniciar un nuevo ciclo de cultivo y también diez kilos de cogollos secos listos para su distribución. La nave de dos pisos de altura y grandes dimensiones estaba organizada en diferentes estancias, donde se realizaban los distintos procesos de cultivo, secado y recogida para lograr un rendimiento óptimo de la plantación.