Marcos Vidal ingresó en prisión provisional tras su detención por el crimen. Tras la confesión espontánea a los guardias civiles que lo arrestaron, señalando que fue al piso para "matar" a Manuel Ángel Rivas, en el Juzgado de Instrucción 1 de Pontevedra no fue tan contundente: señaló que "no tenía intención" de acabar con la vida de la víctima, pero que "peleó mucho con él", "forcejearon" y en medio de esa disputa "apareció una navaja" que acabó en su mano.

En el auto en el que la juez decretó el encarcelamiento se justifica la medida por varias causas. La principal, los "motivos bastantes" ya existentes en ese momento inicial para considerarle responsable del crimen. La magistrada también apreció un "evidente riesgo de fuga". Y vio "elevado riesgo" de que si el imputado quedase en libertad pudiese seguir cometiendo "hechos delictivos" contra la esposa del fallecido "o alguna de las personas de su círculo más cercano". En ese momento la juez aún no había tomado declaración a esa mujer, pero disponía de las manifestaciones de una amiga íntima que había relatado episodios de "acoso" del presunto asesino hacia la mujer. De hecho, esta situación dio lugar a un proceso de violencia de género en el que también consta como acusado Marcos Vidal y que está pendiente de sentencia.

En las declaraciones en la causa de la esposa del fallecido, ésta relata que conoció a Marcos a raíz de que tuviese su negocio al lado del de su marido, con el que en un momento dado tuvo un "distanciamiento" que redujo a algo puntual. Sobre la relación con Marcos, esta mujer dijo que sólo le dio unos besos, en torno a abril de 2014, porque él se los pedía. Y tras esto, afirmó, él la sometió a una sucesión de graves amenazas y episodios de acoso. Una de estas escenas la vieron compañeras de trabajo.

La testigo contó que ella siguió su relación con su esposo, quien sabía las coacciones que ella sufría y que incluso en un momento dado, por miedo a que Marcos "le hiciese daño", su marido se fue una temporada a vivir a casa de los padres para aparentar que no estaban juntos. El fallecido, tiempo antes del crimen, sufrió un episodio en el que las ruedas de su coche aparecieron rajadas.

En el historial médico del acusado consta que estuvo a tratamiento por anteriores rupturas sentimentales. Para los forenses, Marcos Vidal no sufre alteración mental que le impida comprender la ilicitud del hecho que se le imputa.