Un nuevo seísmo de magnitud 5,4 sacudió ayer el centro de Italia y causó, al menos y según datos al cierre de esta edición, dos heridos, dos meses después del que provocó la muerte a 297 personas también en una zona céntrica del país, despertando así de nuevo el miedo y temor en los ciudadanos. El temblor se sintió en Roma.

El seísmo se produjo a las 19.11 horas locales (17.11 GMT) en una zona próxima a Castelsantangelo sul Nera, un municipio de unos 300 habitantes, ubicado en la provincia de Macerata, en la Región de las Marcas, confirmó el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Italia.

Posteriormente hubo dos temblores, un primero de magnitud 3,4 en la zona de Perugia y un segundo, de 5,9, a las 21.18 (19.18 GMT) a pocos kilómetros de la zona de Ussita, también en Macerata, entre las localidades de Visso y Castelsantangelo sul Nera. El alcalde de Ussita, Giuliano Rinaldi, lamentó que los derrumbes como consecuencia del nuevo temblor han sido notables. "Han caído varias casas", dijo al tiempo que señaló que "también cayó la fachada de la iglesia".

El jefe del departamento de Protección Civil, Fabrizio Curcio, explicó que precisamente Visso, donde se produjeron dos heridos, y Castelsantangelo sul Nera son los dos municipios que más daños sufrieron.

Más leve

El terremoto fue más leve que el del pasado 24 de agosto, pero provocó daños en algunas construcciones de Visso, según se pudo apreciar de las imágenes que tomaron los habitantes de la zona. También hubo daños en Norcia, donde la Iglesia de Santa Maria delle Grazie sufrió derrumbes en su fachada, y en la localidad de Amatrice, golpeada con dureza en agosto.

En este municipio, los nuevos desplomes se produjeron en construcciones que ya estaban perjudicadas, confirmó su alcalde, Sergio Pirozzi. También la carretera Salaria fue cerrada al tráfico como consecuencia del seísmo a la altura de Arquata del Tronto. El miedo se volvió ayer a sentir en el centro del país, donde la gente revivió el drama de la tragedia ocurrida este pasado verano.