La red desarticulada en Madrid con un alijo de 600 kilos de cocaína preparado para su distribución contaba con al colaboración de narcos gallegos para introducir la droga en España. La droga entró en un contenedor marítimo procedente de Sudamérica y los investigadores tratan de determinar si llegó al Puerto de Vigo o al de Porto, en Portugal. De momento hay siete detenidos, cinco de ellos colombianos, y dos españoles que cuidaban la mayor parte el alijo en una nave de la localidad madrileña de Alcalá de Humanes.

Cuatro de los detenidos fueron arrestados tras llevar a cabo un pase de droga en un centro comercial de Madrid. En este caso la Policía Nacional interceptó 36 kilos de cocaína que estaban ocultos en el doble fondo de un vehículo. La denominada Operación Julieta sigue abierta y no se descartan nuevas detenciones.

La investigación comenzó a mediados de octubre cuando las unidades especializadas contra el crimen organizado tuvieron conocimiento de la existencia de una organización de narcotraficantes afincada en Madrid. Se constató que había llegado a la capital una importante partida de cocaína, que enseguida trasladaron y depositaron en el almacén de Humanes. Una partida que los cabecillas de la red habían enviado desde Colombia para viajar después a España y coordinar las labores de recogida y almacenamiento.

Parte del equipo regresó al país sudamericano para preparar otro envío y otra parte se quedó en Madrid para custodiar y distribuir la mercancía.

Los investigadores descubrieron que para trasladar la droga desde el lugar de almacenaje a las diferentes "casas de seguridad", se valían de coches con dobles fondos para ocultarla y evitar que fuese detectada en posibles controles policiales.

Uno de esos vehículos, un Toyota Avensis, fue interceptado con 36 kilos de cocaína repartidos en paquetes de aproximadamente un kilo. Sus dos ocupantes fueron detenidos, así como otras dos personas más que viajaban en un vehículo lanzadera. Todos ellos acababan de realizar la entrega del estupefaciente en el aparcamiento de un centro comercial de Madrid. Cada paquete de droga, según las fuentes, iba marcado con un logotipo de marcas comerciales o, en ocasiones, con una cruz o un escorpión.

Además de los 600 kilos de cocaína, los agentes se han incautado de varios vehículos, 12.000 euros en efectivo y 13 teléfonos móviles. En la operación han participado el Greco Galicia y la Brigada Central de Estupefacientes, Udyco central, de Madrid.