Dieciocho años de pesquisas con más de cien líneas de investigación abiertas desembocaron en la detención del presunto asesino de Eva Blanco Puig, cuyos padres nunca perdieron la esperanza y ya respiran tras cerrar la etapa más dura de su vida. La Justicia francesa ordenó ayer prisión para el supuesto autor del crimen, A.C.G, de 52 años, español de origen marroquí, que salió de España en 1999 y fue arrestado en Francia. El cadáver de la víctima apareció en una cuneta en Algete (Madrid) en abril de 1997 con una veintena de cuchilladas. La investigación se zanja solo año y medio antes de que el delito hubiera prescrito.

Un centenar de marcadores genéticos y de características físicas empleados por el Instituto de Ciencias Forenses Luis Concheiro, de la Universidad de Santiago, orientaron las pesquisas y resultaron la clave para resolver el crimen. La directora del centro compostelano, María Victoria Lareu Huidrobo, explicó que fueron 80 marcadores genéticos, que permiten inferir estadísticamente el origen biogeográfico, y otros 20 que pueden indicar las características físicas del individuo al que pertenecen las muestras.

La catedrática, que encabezó un equipo de cuatro personas en este caso, señaló que con el primer grupo de marcadores se pueden determinar cinco áreas de procedencia: europeo, africano-subsahariano, asiático, latinoamericano y de Oceanía. Además, este instituto ha desarrollado un test de análisis SNPs específico, con lo que se infieren rasgos físicos como el color de los ojos, del cabello o la piel y que fue empleado en el caso del presunto asesino de Eva Blanco, lo que orientó definitivamente la larga investigación desarrollada por la Guardia Civil.

Una prueba clave para el caso y que se pudo practicar gracias a los avances en genética forense, lo que permitió concluir que la muestra de ADN correspondía a un varón norteafricano. La Guardia Civil analizó el censo de Algete entre 1995 y 1999 y acotó la investigación sobre 300 personas, La muestra 90 fue la determinante. Permitió localizar en Algete al hermano del presunto asesino y, después, al culpable.