El histórico narco cambadés Lorenzo Toledano fue el único de los integrantes de la organización atribuida al Peque que logró eludir su detención y sobre él pesa una orden de búsqueda y captura. Considerado pieza imprescindible de la organización que transportaba miles de kilos de hachís marroquí y cocaína colombiana, sigue fugado. Pero en el registro de su domicilio, su mujer está imputada como supuesta colaboradora encargada de pasar contactos y mensajes a otros miembros de la trama, los agentes antidroga descubrieron una plantación de marihuana con sistemas de riego y calor.

La jerarquía de la organización, según el auto de inhibición de la juez de Vigo en favor de la Audiencia Nacional, se distribuía en jerarquías como el consejo de administración de una empresa. Si el Peque era el "presidente" y Toledano su "jefe máximo operativo", éste tenía a su vez otros lugartenientes y "consejeros" que le facilitan contactos entre organizaciones y con los suministradores, a la vez que le acompañan en las reuniones con los proveedores. Algunos son "consejeros externos", ya que no trabajan solo con la organización atribuida al Peque aunque se encargan de planificar operaciones de hachís. El jefe de la rama andaluza, Gracián Aliaga es considerado consejero adjunto y responsable del grupo del sur, mientras que Francisco Lázaro es consejero delegado. Por debajo, en el escalafón, se sitúan pilotos, colaboradores y miembros asociados que son algunos familiares.