La Policía Nacional desarticuló una organización de proxenetas gracias a la denuncia de una de las víctimas, que logró escapar del control de esta trama gracias a la ayuda de un cliente. Siete jóvenes fueron liberadas; cinco ciudadanos rumanos, detenidos, y diez, imputados por delitos de trata de seres humanos, prostitución coactiva, amenazas y pertenencia a organización criminal. Según los agentes, la red captaba jóvenes de nacionalidad rumana en dicho país con ofertas falsas de empleo o mediante el método del "Lover Boy", consistente en entablar una falsa relación sentimental. Cuando las mujeres llegaban a España, las forzaba a prostituirse en Murcia, Valencia, Castellón, Alicante y Albacete.