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Un caso de violencia machista en fase de investigación judicial

El detenido por el doble crimen de Arbo amenazó de muerte a su expareja horas antes de los disparos

Arturo Domínguez, según testimonios, estuvo horas antes de los asesinatos en el bar donde trabajaba su excompañera profiriendo gritos e insultos. La defensa recurrió el auto de prisión

Imagen del entierro de Beatriz Rodríguez en Crecente. // Jorge Santomé

El supuesto autor del doble crimen ocurrido en Arbo hace una semana, Arturo Domínguez Sebastiá, de 37 años, envió días antes de los asesinatos varios mensajes de WhatsApp a su expareja, Beatriz Rodríguez Mariño, de 30 años, en los que profería supuestas amenazas de muerte contra la mujer. Estos textos intimidatorios fueron reenviados por Beatriz a una de sus hermanas, quien los presentó en el cuartel de la Guardia Civil la noche en que se hallaron los cadáveres.

Beatriz Rodríguez Mariño, vecina de Vilar (Crecente), fue asesinada junto a su actual pareja, Sergio Rodríguez Fernández, residente en Arbo y de 36 años, con disparos de escopeta de caza cuando estaban en el automóvil del hombre, crimen que ocurrió la madrugada del pasado 3 de julio. Según el testimonio de varias personas que constan en el expediente, horas antes de la muerte de los dos jóvenes Arturo se personó en el restaurante donde trabajaba su expareja supuestamente para volver a amenazarla y proferir insultos contra ella. El hombre, señalan, fue expulsado del establecimiento. Los investigadores creen que habría sido en ese momento cuando decidió ir a buscar el arma y apostarse en las proximidades para cumplir sus amenazas.

Inhibición

La existencia de esas amenazas escritas en el WhatsApp, los testimonios de varias personas que escucharon al imputado afirmar que la mataría y las pruebas recabadas por la Guardia Civil en la vivienda del sospechoso, entre otras diligencias, motivaron el ingreso en prisión del detenido el pasado lunes. El Juzgado de Instrucción número 3 de Ponteareas, que ya levantó el secreto de sumario, se ha inhibido en el Juzgado de Instrucción 1 de la misma localidad, que es el que se encarga de los casos de violencia de género.

Y mientras, Miguel Meleiros, abogado del supuesto autor del doble crimen, presentó ayer el recurso contra el auto de prisión. La defensa alega que no existen pruebas suficientes para el encarcelamiento provisional y sin fianza de su cliente. Por ello, solicita la revocación del auto de prisión y la puesta en libertad de s u defendido. El recurso fue presentado ayer al mediodía en los juzgados de Ponteareas, y aunque inicialmente se formalizó ante la sala que dictó el auto (la número 3), el decanato resolverá ahora si la decisión corresponde a la número 1.

Las investigaciones realizadas hasta el momento sitúan el doble crimen en la madrugada del jueves para el viernes 3 de julio, 18 horas antes del hallazgo de los cadáveres. La última vez que se vio con vida a las víctimas fue en el restaurante donde trabajaba la mujer como camarera. Eso ocurrió la noche del jueves. Sergio estuvo allí con la joven, con la que mantenía una relación desde hacía al menos un mes, y se marchó en torno a las 23.45 horas. Poco después lo hacía Beatriz. Al parecer ambos se encontraron posteriormente en el campo de fútbol de Arbo, donde la joven dejó su coche estacionado y se subió en el de Sergio. Juntos se adentraron por una pista vecinal que está a unos 200 metros. En un lugar apartado de ese monte, de la zona de A Telleira, las investigaciones sitúan el crimen entre las 03.00 y las 04.00 de la madrugada. Los cuerpos fueron encontrados horas después, a las nueve de la noche del viernes, por una patrulla de la Guardia Civil de Arbo después de que los familiares alertasen de la desaparición poco antes.

La joven había dejado la relación con Arturo, padre de su hija de 8 años tras otros tantos de vida en común, ruptura que según los vecinos se produjo por las "discusiones constantes" que tenía con él y la falta de entendimiento. Sin embargo, Arturo dijo a sus amigos que la pareja estaba en conversaciones para volver a estar juntos.

Con el primer disparo alcanzó a los dos, con el segundo pudo rematar a Beatriz

  • Los informes forenses que constan en el expediente judicial confirman que en este caso no hubo degollamiento. El autor del doble crimen habría efectuado dos disparos con una escopeta de caza, pero no está claro que el segundo de ellos fuese necesario para culminar el cruel acto.El primer disparo alcanzó de lleno a Sergio Rodríguez en el cuello y, al ser un disparo a muy poca distancia con un cartucho cargado con perdigón gordo (entorno a los 8 mm), le desgarró esa zona. Ese disparo ya habría alcanzado también a Beatriz, pero el autor efectuó un segundo disparo en la cara de la joven, con el que pudo haberla rematado.Los cuerpos de ambos, situados en los asientos delanteros del coche de Sergio, aparecieron muy próximos, y fueron sorprendidos desde el exterior del vehículo. En el lugar de los hechos quedaron cristales de la ventanilla del vehículo, aunque una gran parte fue a parar dentro del propio coche debido a la fuerza del disparo.Algún vecino que reside muy próximo a la zona donde ocurrió el doble crimen afirma haber escuchado los tiros entre las tres y las cuatro de esa madrugada.

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