El informe pericial de la defensa establece que la relación de Arantxa y Jordi Burón "era claramente destructiva, ya que el fallecido poseía a su vez una personalidad inmadura y patológica, que exacerbaba la patología de la imputada". Al inicio, el hombre compatibilizaba esta relación con otra con una mujer rusa.

La víctima, según el escrito de defensa, recibía una pensión de invalidez de unos 800 euros por un aparente "trastorno paranoide de la personalidad" y eludió también la prestación del servicio militar. Alteraciones que, según manifestación de su padre, había fingido.

Jorge Burón, según la defensa de Arantxa, fue denunciado en Viladecans (Barcelona) el 29 de enero de 2004 por allanamiento de morada y por colocar un artefacto explosivo-incendiario (que obligó a la intervención del Grupo de Desactivación de Explosivos) en el domicilio de otra mujer con la que de manera obsesiva pretendía una relación sentimental.

Al fallecer, Burón estaba pendiente de juicio por delito de falsificación de documentos públicos y se enfrentaba a 18 meses de prisión. En el registro del chalé de Arinaga se comprobó que disponía de carnet, placa y chaleco de la Guardia Civil, y que en su DNI figuraba vestido con uniforme oficial pese a carecer de tal función. En su coche se encontró una pistola eléctrica y un bote de gas pimienta y en el domicilio fueron intervenidos, entre otros objetos sexuales, unas esposas/grilletes y fustas metálicas y de cuero, según el escrito de defensa. Los letrados de Arantxa destacan su precaria situación económica, y que su único heredero ha sido su padre.