Airbus Defence and Space remitió ayer un comunicado de alerta (AOT) a todos los operadores del A400M en el que informa de la necesidad de realizar unas comprobaciones específicas en las unidades de control electrónicas (ECU) de cada uno de los motores de los aviones, tras detectar algunos fallos en el avión que se estrelló en Sevilla el pasado 9 de mayo y en el que fallecieron cuatro personas, entre ellos el piloto coruñés Manue Regueiro, durante un vuelo de prueba. La medida se adopta para evitar potenciales riesgos en cualquier vuelo futuro, según informó la compañía. Reino Unido, Turquía, Francia, Alemania y Malasia tendrán que realizar comprobaciones en los aparatos que ya les han sido entregados.

Los resultados del análisis de los datos -incide Airbus Defence and Space- han sido compartidos de inmediato con el equipo de la investigación oficial del accidente, que lidera el Gobierno y en el que también participan la compañía y proveedores del avión. En este sentido, fuentes de la industria han apuntado que los datos de los vuelos del A400M se monitorizan en cada prueba y de manera rutinaria se analizan, pero "ahora, tras el accidente, se están mirando con más detenimiento si cabe".

Una vez el avión está en el aire, indican, si existe una incidencia en una de las unidades de control electrónicas de un motor y la tripulación opera sin ser consciente, puede producirse que el motor no regule la potencia según las órdenes del piloto.

Esta incidencia, que "aún está bajo investigación para determinar si es de producción o de diseño", no se podría haber detectado "hasta que el avión está en el aire", según apuntan desde el sector.

La alerta detectada en las unidades de control electrónicas (ECU) podría estar relacionada con un fallo de software y también por la propia configuración de estas unidades, lo cual podría deberse a una cuestión de calidad de los componentes. Para reforzar esa calidad en el A400M, la compañía llevó a cabo una reestructuración en marzo de este año, después de la dimisión de Domingo Ureña como máximo responsable de la división de aviones militares de Airbus Defense and Space.