La compra de un riñón por 6.000 euros a un inmigrante marroquí para ser trasplantado al hijo del jefe del clan serbio los Radosavljevic, ha permitido a la Policía Nacional desarticular esta banda dedicada al robo itinerante en viviendas de lujo, para lo que utilizaban menores, sobre todo niñas. El donante, al que en un principio le dijeron que se trataba solo de dar sangre, se echó atrás cuando ya estaba en fase de estudio clínico, por lo que fue secuestrado, golpeado y amenazado de muerte.

En el transcurso de la investigación a la banda, y gracias a los pinchazos telefónicos, la Policía tuvo constancia de los trámites realizados para la compra del órgano, que iba a ser trasplantado en un hospital de Barcelona. La operación denominada Eucalyptus se ha cerrado con 54 detenidos, cinco de ellos relacionados directamente con la venta del riñón, en Tarragona, Logroño, Madrid y Valencia.

La mayoría de los arrestados son serbios, aunque también hay tres españoles y otros tres colombianos, que aportaban la logística al clan; así como un marroquí, receptor de la mercancía robada y la persona que captó al inmigrante para que donara el riñón.

El director general de la Policía, Ignacio Cosidó, y el de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Rafael Matesanz, así como otros responsables policiales, explicaron los detalles de esta operación, que, según han dicho, confirma la "tolerancia cero" de España al tráfico de órganos.

Tras dos años de pesquisas, en las que ha participado la Policía de Múnich, los agentes han podido desarticular totalmente este clan, que ya comenzó en 2002 a operar en la Costa Dorada con la modalidad delictiva de la estafa y que después, en 2006, cambió su estrategia y se dedicó a los robos itinerantes en apartamentos de lujo, tanto en España como en otros países europeos. A lo largo de todo este tiempo, la Policía ha llevado a cabo hasta ocho operaciones contra este clan, a cinco de cuyos miembros ha arrestado en Tarragona por el intento de compra del riñón a un inmigrante en situación irregular y en estado de extrema necesidad.

Una vez que la Policía tuvo conocimiento del hecho, se pudo en contacto con la ONT, que en coordinación con los agentes hizo un seguimiento estricto de todos los movimientos con el objetivo de que el trasplante no se llevara a cabo. Cuando el donante se negó a seguir con la operación a pesar de que ya se habían iniciado las pruebas médicas, el clan trasladó al marroquí a un chalé, donde a base de golpes le volvieron a convencer, pero la Policía y la ONT frustraron el intento.