Un exguardia civil se sentará el miércoles de la próxima semana en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de A Coruña para responder por los dos delitos de agresión sexual a dos menores que le imputa la Fiscalía. En el momento en el que presuntamente sucedieron los hechos, en febrero de 2012, el procesado ejercía su profesión, si bien el Ministerio público matiza en su escrito de calificación que no los cometió en el ejercicio de su cargo, por lo que no se le aplicó el aforamiento al que tienen derecho los miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.

El fiscal reclama al tribunal que lo condene a siete años y medio de cárcel y a pagar una indemnización de 9.000 euros a una de las víctimas; y, a la otra, de 1.000. La Fiscalía sostiene en su informe que el imputado, que estaba a punto de cumplir 40 años, se encontró un domingo sobre las 20.30 horas en un bar de Santa Cruz con las dos adolescentes, que tenían 16 y 17 años. Una de ellas es la hija de un vecino del procesado, por lo que ambas chicas sabían que era guardia civil.

El sospechoso, siempre según la versión de los hechos que considera probada la acusación pública, dirigió comentarios "obscenos" a la hija de su vecino, tales como "me gustaría comerte y me gustas desde pequeña y ahora que no está tu padre te lo puedo hacer". En el establecimiento hostelero llegó a tocarle los glúteos. Tras "mucho insistirles", según la Fiscalía, convenció a las víctimas para que fuesen, junto con otra persona que las acompañaba, con él y con uno de sus amigos a un restaurante situado en Sada. Los cinco se desplazaron hasta el bar en el BMW del guardia civil. "En el restaurante, aprovechando la inmediatez con la joven, el acusado le tocaba las piernas y los pechos; y, cuando se levantaba, frotaba la zona de su miembro viril contra la de los glúteos de la víctima", describe el representante del Ministerio público en su escrito de calificación, en el que asegura que el procesado llegó a sentar a la otra menor encima de sus piernas. La adolescente rompió a llorar.

Durante toda la cena, el individuo amenazó a sus cuatro acompañantes con irse del restaurante y dejar todo sin pagar, así como con dejarlos abandonados en Sada. Sobre la medianoche emprendieron el viaje de vuelta, durante el que aprovechó para tocarle las piernas y la zona anterior a la pelvis a la chica que iba de copiloto. En Santa Cruz dejó a su amigo y a una de las víctimas y continuó la marcha en su vehículo hacia A Coruña. Al llegar al barrio de Os Castros, el procesado esperó a que la adolescente se separase de su acompañante e intentó besarla en la boca varias veces, aunque no consiguió su propósito.

El alto órgano jurisdiccional provincial celebrará la vista oral el próximo miércoles, día 25, a partir de las 10.00 horas.