Una banda organizada puede encontrarse detrás del asalto a una vivienda en la parroquia de Baión (Vilanova), en la que cuatro encapuchados acabaron maniatando a la familia del constructor Jacinto Vidal en la noche del pasado miércoles. Según los primeros datos aportados por la familia a los investigadores, se trataría de personas con acento extranjero que actuaron con gran rapidez desde que accedieron a la vivienda y siempre tuvieron muy claro que es lo que buscaban y como conseguirlo. Al respecto de este robo y el ocurrido también esta semana en un chalé de Oleiros, en A Coruña, el delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva, declaró ayer que no hay "nada" que indique que haya ninguna relación entre ellos.

Todo comenzó sobre las 21.45 horas del miércoles en el lugar de O Rodo, en Baión, cuando el empresario y su mujer estaban en el salón. Ambos habían dejado el portal de la vivienda abierto a la espera de que una de las hijas del matrimonio y el nieto, de tan solo siete años de edad, llegasen a la casa, cuando se vieron sorprendidos por la irrupción de cuatro encapuchados en su domicilio. Armados con armas blancas y, al menos, una pistola, redujeron en el acto al dueño del chalé, al que le llegaron a colocar un cuchillo en el pecho antes de maniatarlo y taparle la cara.

Desde el primer momento los asaltantes tuvieron muy claro que querían el dinero y las joyas que había en la casa. Fue la mujer la que les guió hasta el piso superior, donde se apoderaron de unos 600 euros y varias joyas y relojes. En ese piso dejaron a la mujer de Jacinto Vidal maniatada tras conseguir su objetivo. Mientras rebuscaban en el inmueble, llegaron la hija y el nieto de la pareja, que fueron inmovilizados por los asaltantes, maniatando a la madre delante del pequeño. Entre diez y quince minutos permanecieron los individuos en la vivienda, antes de escapar con el botín y huir, presumiblemente, en un vehículo que les estaría aguardando en las inmediaciones.

Tijeras

Tras abandonar la casa, la hija del promotor convenció al pequeño, al que habían dejado sin atar, para que localizase unas tijeras en la cocina y los liberase cortando las bridas con las que se encontraban atados, llamando después a la Guardia Civil.

Agentes se personaron en la vivienda para recoger pruebas que puedan servir para esclarecer el suceso. Se sospecha que antes de entrar en esta casa, integrantes de la banda sometieron a la familia a un seguimiento especial, hasta que pudieron aprovechar un descuido de la familia para asaltarlos. De hecho, la propia familia y vecinos reconocieron a los investigadores que los últimos días hubo movimientos de vehículos extraños, aunque en aquel momento no llamaron excesivamente la atención, por ser un lugar que está al pie de la PO-531, una de las carreteras con más tráfico de la comarca.

El constructor víctima del asalto se mostraba ayer aún consternado y prefería no hacer declaraciones al respecto. "Todavía estamos algo groguis, hemos sufrido un fuerte trauma psicológico toda la familia tras ver como nos amenazaban con cuchillos y pistolas", terciaba antes de declinar hablar más sobre el suceso. La familia no sufrió ningún tipo de daño, pero la tensión padecida, explicaba un vecino, "fue brutal y todavía se encuentran en estado de shock".