Henry C., el ciudadano colombiano de 57 años que este jueves ingresó en prisión acusado de violar a su mujer de 39 años y a su hija de 15, quebrantando con ello además una orden de alejamiento que había en vigor, carece de antecedentes penales. Pero, como se evidencia del hecho de la medida de protección existente a favor de las víctimas por una causa judicial en curso, su historial policial no está limpio. El presunto agresor tiene antecedentes policiales que datan del pasado año por presuntos malos tratos y también por un supuesto episodio de índole sexual del que habría sido víctima su hija menor. Y en 2013, consta asimismo otro antecedente también policial relacionado con presuntos abusos en Madrid, donde la familia habría residido antes de hacerlo en Vigo, sin que hayan trascendido más detalles en relación con este hecho ni sobre cómo quedó el caso.
Los hechos que ahora han conllevado el ingreso de este hombre en el penal de A Lama tras decretarlo así la juez del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Vigo ocurrieron esta semana en la ciudad olívica, cuando Henry C. supuestamente sometió a amenazas, insultos y agresiones sexuales a su pareja y a la adolescente, también originarias de Colombia, en el piso en el que éstas residen cerca de la praza da Industria de Vigo. Aunque inicialmente trascendió que la pesadilla de estas mujeres había durado 6 horas, según pudo confirmar este periódico fueron en realidad 12 las horas durante las cuales ambas estuvieron supuestamente a merced del imputado. Todo acabó gracias a que la menor logró enviar un mensaje de WhatsApp de auxilio a un amigo, que alertó a la Policía Nacional, que capturó al individuo, ahora encarcelado por presuntos delitos de quebrantamiento de medida cautelar, allanamiento de morada, amenazas, agresiones sexuales y detención ilegal.
Investigación
Con el encarcelamiento del imputado no se han resuelto, sin embargo, todas las incógnitas. Según el relato de las víctimas, Henry C. entró en la casa con dos encapuchados que esperaron con él a que ellas llegaran, para a continuación y antes de marchar, ayudarlo a atarlas con cinta americana y amordazarlas. Los investigadores trabajan para corroborar que efectivamente el hombre actuó con cómplices, aunque la labor se presume ardua ya que madre e hija apenas pudieron dar datos para la identificación, al apuntar que iban encapuchados. Todo apunta a que los policías tratarán de buscar evidencias por medio de huellas dactilares o ADN. Y que incluso podrían indagar cerca del piso, por si hay establecimientos con cámaras de seguridad con grabaciones, para comprobar si alguna captó en la calle la llegada de Henry C. con dos varones.
En la retención de madre e hija en el piso no se usaron armas. Los individuos que supuestamente acompañaban al imputado, según las víctimas, habrían hablado entre ellos de que se les había "olvidado el arma", pero se cree que con la única intención de intimidar a las mujeres. Ayer, sobre este caso, el delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva, no descartó "novedades" en el futuro, y destacó la importancia que tuvo "la colaboración ciudadana" en el arresto.
