Óscar José Ferreño Fraga, el joven acusado de degollar a su exnovia de 28 años el 25 de junio de 2012 en Narón, cambió ayer en el juicio la versión que ofreció tras cometer los hechos para intentar que el tribunal popular lo considere autor de un delito de homicidio en lugar de asesinato. El procesado reconoció haber matado a su expareja, pero difiere de la Fiscalía y de la acusación particular en la forma en que lo hizo. "Me puse nervioso, se me cruzaron los cables y empecé con la navaja a cortarla", declaró ayer en la primera sesión del juicio que se celebra esta semana en la Audiencia Provincial de A Coruña.

El sospechoso, que no mostró un ápice de arrepentimiento, gesticuló y movió la mano derecha como si tuviese el arma blanca y estuviese "pinchando" y haciéndole cortes a su excompañera sentimental. El representante del Ministerio público destacó que su agresividad fue tal que casi consiguió separar la cabeza del cuerpo de la joven.

Tanto el fiscal como la acusación particular, ejercida por el abogado Pablo Freire, exigen que el imputado sea sentenciado a 20 años de cárcel porque sostienen que se escondió en las cercanías de la casa de la víctima y que la atacó de forma sorpresiva por la espalda. El crimen se produjo cuatro días después de que la fallecida, Iria García, denunciase al procesado, con el que salió durante un año, hasta diciembre de 2010, porque la acosaba y entraba de madrugada en su vivienda. El juicio por esos hechos se celebró después de la muerte de la joven y el imputado fue condenado a cinco años de prisión.

La defensa del acusado intentará convencer al tribunal de que Iria tuvo posibilidad de defenderse y de que el ataque no fue sorpresivo. De este modo, no se le podría aplicar la agravante de alevosía, necesaria para que el delito sea considerado asesinato. El sospechoso admitió durante la vista oral que aparcó su moto a unos 400 metros de la vivienda de su exnovia y que bajó a su casa a través de un sendero. "Siempre dejaba allí la moto y el coche", subrayó, al tiempo que aseveró que había quedado con la víctima.

"Le pregunté por qué me denunciaba porque yo no había hecho nada y me iban a meter en la cárcel. Ella me dio una patada y se me cruzaron los cables. Tenía una navaja en el bolsillo porque trabajo de fontanero, nos agarramos del pelo, caímos al suelo y la corté", testificó el procesado, que reconoció que acudieron "10 o 12" personas a socorrer a la víctima y que se dio a la fuga. "No fui a asesinarla. Cuando me fui no sabía si estaba muerta ni nada. No sé cuántos cortes le di, estaba muy nervioso", señaló. Las acusaciones destacaron que los forenses concluyeron que degolló a la víctima por la espalda

El imputado, que tiene pendientes causas por delitos relacionados con el tráfico de drogas, señaló durante la vista oral que Iria salía con un agente de policía y que el funcionario lo amenazaba diciéndole que la dejase "en paz". Así, recalcó que estaba "muy agobiado" y que quedó con su exnovia para pedirle explicaciones. Las acusaciones aseguran que el procesado siguió a la joven hasta que la mató. El fiscal recalcó que el día de su muerte llamó a su madre y a personas cercanas para contarles que su exnovio la perseguía. El sospechoso negó tener conocimiento de la orden de alejamiento de Iria que le había impuesto un juez tres días antes de matarla a pesar de que su firma consta en el documento emitido por el magistrado.