Los restos óseos hallados ayer en una escombrera de Camas no son de la joven sevillana Marta del Castillo, sino que tienen uno o dos siglos de antigüedad y posiblemente fueron trasladados desde otro lugar y corresponden al menos a tres personas distintas, si bien la Policía mantiene el rastreo con excavadora en la zona señalada por el asesino confeso, Miguel Carcaño en el "test de la verdad" neurológico al que fue sometido.

Los huesos son los primeros que se localizan en las distintas búsquedas del cadáver de Marta tras las ocho versiones que ha dado de lo ocurrido Carcaño. Las búsquedas, con un coste de 616.319 euros, según el juez, han incluido el río Guadalquivir, un vertedero de basuras y la finca Majaloba, en el área metropolitana de Sevilla.

Desde hace tres semanas la policía buscó en la escombrera de Camas, localidad en la que Carcaño vivía cuando se cometió el asesinato, después de que fuera sometido al denominado "test de la verdad".

Al tratarse de restos humanos, el juez que investigó la muerte de Marta, Francisco de Asís Molina, estuvo ayer presente en las tareas de recuperación. Pese a la decepción que reinaba entre los investigadores, la Policía mantiene la búsqueda en el lugar.

El padre de Marta del Castillo, asesinada en enero de 2009, manifestó su "decepción" por el hecho de que los restos óseos no pertenezcan a su hija y ha sido contundente al lamentar que, "después de tanto tiempo buscando, encuentren un muerto que no es el nuestro".

"Tenemos una suerte... ahora encuentran un muerto que no es el nuestro", aseveró. Al hilo, Antonio del Castillo calificó la noticia de "decepcionante" ya que supone un "jarro de agua fría".