El traslado de José Luis Cortiñas -homicida confeso de su mujer en Lugo- y de su hermano a la prisión de León ha aplacado los ánimos de venganza entre las familias de la víctima y el agresor, de etnia gitana. También abandonaron Galicia los familiares de Cortiñas que vivían en Vigo, Pontevedra, Santiago, A Coruña, Ferrol, Vilagarcía y Lugo.