Casi cinco años después del cruel asesinato por encargo de la empresaria gallega Sesista Vecoña, muerta de dos disparos cuando dormía en uno de sus hoteles de Caracas en noviembre de 2008, su hijo Elisardo Alonso -que se enfrenta a penas de 25 a 30 años de prisión por un delito de sicariato- es juzgado en rebeldía como inductor del crimen. La Justicia venezolana, cansada de los continuos cambios de abogados, las solicitudes de ingreso en hospitales con enfermedades inexistentes y reiteradas incomparecencias ante las citaciones judiciales ha decidido celebrar la vista en su ausencia ante lo que considera dilaciones indebidas.

La Corte de Apelación, en un auto del pasado 6 de agosto, ha dado la razón al magistrado que abrió la causa oral el pasado mes de mayo y declaró el estado de contumacia, ya que el acusado no compareció pese a estar notificado y en prisión provisional en Los Teques. No era la primera vez. Pues al menos en 17 ocasiones no acudió a las citaciones judiciales.

Elisardo Alonso presentó en mayo una nueva recusación contra el juez, pero la Corte de Apelación no la ha admitido y da por buena la explicación del magistrado: "En la presente causa se puede notar que el acusado se ha dado a la tarea de impedir a toda costa el inicio del juicio oral que le corresponde, al punto de no atender a los llamados de los funcionarios de régimen penitenciario encargados de los trasados al Tribunal, designa abogados cada cierto tiempo sin concretar que efectivamente alguno de ellos lo asista en el presente proceso, o en fin, cualquier otro artilugio capaz de retardar lo más posible el inicio del debate oral, todo con el propósito de objetener alguna posición ventajosa con el retardo procesal que se genere y que pueda conllevar al otorgamiento de medidas sustitutivas de la privación de libertad que actualmente posee".

El juez advierte, además, que Elisardo Alonso "actuando de manera independiente y sin asistencia de defensor" ha interpuesto acciones diveras contra la libertad individual, así como "solicitudes de traslados a hospitales por presuntas enfermedades que no posee, solicitudes de otorgamientos para nombrar defensores de confianza, y un sinfin de actuaciones que a lo largo de este proceso han creado un verdadero retraso únicamente imputable a su conducta premeditada".

La empresaria ourensana Sesita Vecoña que había tenido negocios de hostelería en Vigo, donde reside una de sus hijas, fue asesinada por dos sicarios que iban a cobrar 10.000 euros. Ambos fueron detenidos, así como el taxita que hizo de intermediario. Tres meses después del crimen la Policía de Caracas arrestaba a Elisardo Alonso Vecoña por delito de sicariato.Él habíaencargado el crimen, según los autores materiales del homicios. Elisardo declaró, inicialmente, qeu sólod ebían dar un susto a su hermano José, quien a raíz del crimen necesitó protección policial.