La tragedia asoló ayer la localidad de Salvaterra de Miño. Dos hermanos de 12 y 8 años de edad y de nacionalidad marroquí perdieron la vida al ser engullidos por el río Miño. Uno de ellos cayó al río y el otro se lanzó para intentar rescatarlo. El más pequeño de los niños fue recuperado por los servicios de rescate, pero no se pudo hacer nada por salvar su vida, mientras que el otro permanecía desaparecido al cierre de esta edición. El dispositivo de búsqueda se retomará hoy.

Sucedió ayer pasadas las cinco y media de la tarde. Según los primeros testimonios, el primero que cayó fue Mohamed Sidki, de 8 años. Estaba tomando su bocadillo sobre una roca al lado de una pesqueira junto a su hermano y otro amigo, también menor y de la misma nacionalidad. Tenía el pan sobre la piedra cuando le resbaló. Al intentar cogerlo, la gravedad y el estado resbaladizo del suelo lo arrastró también a él. Su hermano Yunes, de 12 años, trató de asistirle, pero ambos cayeron al agua. El mayor sabía nadar y quiso rescatar a su hermano, pero la corriente lo arrastró.

El niño que estaba con ellos decidió dar la alerta al ver la difícil situación de los hermanos. Primero lo hizo con la única persona que estaba en el paseo fluvial, una mujer de nacionalidad lusa que sin embargo no fue capaz de atender las explicaciones del menor, ya que éste no habla apenas español pues reside en la villa tan solo desde hace tres semanas. La siguiente opción del chico fue correr hasta encontrar a alguien más: lo hizo durante un kilómetro para avisar en un bar, gracias a lo cual se movilizó el operativo de búsqueda tras ser alertado el 112 a las 18.20 horas.

Cuando las primeras personas llegaron al lugar pudo rescatarse a Mohamed, el menor de los hermanos, pero pese a los intentos de reanimación no se pudo hacer nada. Ni siquiera el equipo médico pudo salvarle la vida. El mayor seguía desaparecido, por lo que se movilizaron medios humanos de España y Portugal. En el dispositivo participaron bomberos de Monçao y Porriño, equipos de Protección Civil, agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional, efectivos de la GNR del país vecino, así como Policía Marítima lusa, Comandancia de Marina de Tui y particulares. Un equipo de buzos rastreó la zona hasta que la luz hizo imposible la visibilidad en el agua. Además se cerraron parcialmente las compuertas del Embalse de Frieira para intentar que bajase el nivel del río y tener mayor visibilidad, pues el agua bajaba con mucha turbidez. Al cierre de esta edición el menor no había sido localizado: la búsqueda se retoma hoy.

Los niños jugaban en una roca al lado de una pesqueira, a 800 metros del puente internacional Salvaterra-Monçao. Tres amigos de los fallecidos relataron que ese era uno de sus lugares de juego habituales, al que llegaban tras saltar la valla del paseo fluvial. Al parecer, a los menores les gustaba la zona y antes también solían jugar cerca del Parque de A Canuda, donde el río remansa. La zona del río donde se produjo la tragedia es una de las más peligrosas, por los remolinos y la corriente. El Concello de Salvaterra ha decretado dos días de luto oficial.