"No me lo pensé. Estaba en la grada y cuando vi a Abel caer de cabeza contra el suelo y convulsionar en el campo salté y corrí todo lo que pude", explica Noelia, de 26 años y enfermera del Hospital Xeral de Vigo, tres horas después del suceso y con el susto casi superado pues su hermano recuperó la consciencia y está en observación en el Meixoeiro a la espera de que se le practiquen distintas pruebas.

"Yo no tenía nada pero no sé como apareció la cánula de Guedel, me la pasaron del botiquín creo, y la usé par aque pudiera respirar", relata para FARO.

El joven jugador precisó respiración asistida, reconoce. "Tuvimos que reanimarlo durante unos dos minutos, empecé sola pero enseguida una técnica de rayos que también estaba viendo el partido bajó al campo en cuanto me vio que comenzaba con la reanimación".

Mientras Noelia prestaba a su hermano los primeros auxilios "llegaron la ambulancia y los sanitarios, pero el estado de Abel aconsejó que la evacuación se realizara en el helicóptero del 112". Noelia acompañó a su hermano en su vuelo hasta el Hospital Meixoeiro de Vigo y, una vez allí, en manos de los médicos ella fue consciente de lo ocurrido."Primero actúas. Haces lo que crees que debes hacer. Después es cuando recapacitas y la verdad es que ha sido un buen susto. Pero menos mal que en principio todo parece haber quedado en eso, en un susto sin más", dijo.

Directivos del Club Deportivo Caldelas llamaron desde el campo a los padres del joven jugador herido, que no habían asistido al partido. La que tampoco tiene muy claro si volverá al fútbol es Noelia. "No creo que vuelva, ha sido algo muy duro aunque felizmente haya quedado en nada", asevera.