Un vuelco de la justicia deja desde ayer en libertad, de vuelta a casa, a José Luis Lamelas Álvarez, declarado por un jurado autor del asesinato de un convecino de Maceda en 2009, al que habría envenenado contaminando vino embotellado con estricnina, un potente tóxico que se emplea para matar jabalíes y animales salvajes. Un solo sorbo del brebaje condenó a Felisindo. "Voy a morir como un perro envenenado", dijo la víctima en la agonía a su esposa, que estaba con él y solo pudo ser testigo del final atroz.

En diciembre, el Tribunal Supremo anuló la condena a 17 años de cárcel que le impuso la Audiencia de Ourense y luego refrendó el TSXG. La Sala suprema considera inválido el fallo al descartar la confesión del crimen que el acusado realizó ante un guardia civil en una conversación informal, sin la asistencia de un abogado que diera las máximas garantías al testimonio.

El jurado tuvo en cuenta esa declaración en su veredicto y el Supremo entiende, en una resolución del pasado diciembre, que nunca debió admitirse como prueba. Ayer, atendiendo a una solicitud de la defensa que se demoró varias semanas mientras la causa y la anulación del Supremo no fueron remitidas a Ourense, la Audiencia decidió excarcelar al acusado hasta que se repita el juicio con un nuevo jurado en los próximos meses.

La acusación particular, que representa a la viuda y los hijos del fallecido, y se opuso a la salida de prisión, confía en que la vista sea antes del verano. La Audiencia prohíbe al acusado regresar a Maceda, a donde solía acudir los fines de semana.