El vigués David Reboredo lleva once días en la prisión de A Lama y sus muros no le impiden sentir la solidaridad de miles de personas que reclaman un indulto negado por el Gobierno pese a que ya está rehabilitado (lleva más de dos años sin consumir drogas) y trabaja para que otros toxicómanos puedan superar su adicción. Familiares, amigos y una Plataforma ciudadana de apoyo han solicitado por tercera vez la medida de gracia. Y esperan respuesta.

El 5 de diciembre ingresó en el penal de A Lama para cumplir condena por la venta de sendas papelinas de heroína en los años 2007 y 2009 por lo que acumula penas que suman siete años de privación de libertad. Tras dos días en el departamento de ingresos, desde el día 7 está interno en un módulo convivencial, donde los presos gestionan algunas de sus actividades.